Riohacha, un puerto legendario en el Caribe inmenso
La historia de Riohacha. La remota, la antigua y la más reciente está enmarcada por los sonidos de la leyenda.
Su vecindad con el inmenso mar Caribe le ofrece una cálida relación con un amigo lleno de incógnitas encriptadas en los misterios del tiempo; su suelo arenoso ha sido testigo del avance paulatino del reloj del universo; el rostro de sus hombres reflexivos y de sus mujeres dedicadas a construir escenarios de vida tienen un puente entre el pasado difícil de escrutar, el presente incierto y el futuro que ha de venir a una velocidad imperturbable de sesenta segundos por minuto y de trescientos sesenta y cinco días por año.
En primer lugar Riohacha es la ciudad cargada de historia. Una historia coqueta, esquiva, que no se ha dejado capturar aún en su totalidad y sigue siendo objeto de la mirada escudriñadora de los investigadores quienes aún buscan atar los cabos sueltos de más de cuatrocientos sesenta años de sucesos en los cuales aparecen consignados los nombres de conquistadores alemanes, frailes españoles, navegantes de aquí y de allá, negros africanos, indígenas autóctonos y pescadores del Caribe.
En su historia no faltan los ataques piratas, las batallas independentistas, los celos entre patritas a quienes las circunstancias les pedían a gritos alinearse en el mismo bando pero a los cuales su carácter los llevó a situarse en orillas distantes.
Riohacha la de los incendios que destruyeron su arquitectura sema milenaria, la del maremoto que por poco la borra de la faz de la tierra. Riohacha, la de la historia que desvela a los estudiosos, quienes aún no escriben el punto final de de sus informes sobre el génesis de un territorio constituido en el cruce de camino de varias épocas de la colombianidad.
En segundo lugar y, muy en armonía con lo anteriormente dicho, la capital guajira es la cuna del almirante José Prudencio Padilla, el más recordado prócer nacido en el Caribe colombiano y uno de los granadinos de mayor participación en la lucha por la independencia de los pueblos americanos. Con todo el orgullo del mundo los riohacheros pueden presentarse como paisanos del héroe de la Batalla Naval del lago de Maracaibo.
El amor de Padilla por su tierra, su encendida pasión por la libertad, su lealtad a toda prueba, su valentía tantas veces demostrada en ruidosas batallas, su capacidad como estratega lo convierten en un ícono de La Guajira y el máximo símbolo de la navegación militar en Colombia. Ese hombre, ese hombre grande para la patria vio por primera vez la luz del sol en Riohacha y creció para encender la antorcha libertaria en tierras americanas.
En tercer lugar, Riohacha es la ciudad de la esperanza. La esperanza de que su futuro esté ligado al progreso que le ha sido negado a pesar de la pantagruélica bonanza marimbera de los años setenta. La esperanza de que lleguen años nuevos y mejores en que cada uno de sus hijos aporte sin egoísmos y sin escepticismo, convencidos de que al limitar con el mar limita con un mundo de inmensas oportunidades para reclamar el estatus que merece después de ser uno de los puntos de referencias más importantes de América.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526 300 8055526. Visite su página http://www.maicaoaldia.blogspot.com/

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