Aprendiendo a ser felices con las habilidades que ya poseemos
Se podría decir que todo el mundo busca la felicidad. No hay nadie que prefiera llevar una vida difícil y llena de sufrimiento. Aun así, parecen pocos los que realmente se interesan en investigar a fondo su situación para aprender a fluir eficazmente con las corrientes de su vida.
Lo común es que nos dejemos llevar, como si la vida estuviera sucediendo independientemente de nosotros y no fuésemos más que espectadores pasivos. La vida nos vive, nuestras pertenencias nos usan y el tiempo va borrando la oportunidad que tenemos para despertar y tomar un papel consciente en nuestra vida.
Los eventos de nuestra vida suceden, y los juzgamos como si fuesen resultados aleatorios en vez de productos específicos de nuestra forma de vivir. En vez de quedarnos en “¡Que mala suerte la mía!” deberíamos preguntarnos que hicimos mal y como podemos aprender de ello.
¿Que significa tomar un papel consciente en nuestras vidas?
Cuando abdicamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos y nos escondemos pasivamente tras una religión, enseñanza o idea, nos cegamos ante las lecciones que la vida nos presenta de forma directa. En vez de crecer, encogemos; nos volvemos más cerrados, más inflexibles y más amargos.
Lo esencial en el proceso de despertarnos ante la posibilidad de aprender a vivir con sincera felicidad es el no abdicar nuestra responsabilidad. El proceso de despertar tiene que ser algo completamente personal que se hace por motivos completamente personales.
Nuestra felicidad depende de nosotros mismos, no porque nadie pueda ni quiera ayudarnos, sino porque solo nosotros, somos nosotros. Personas que han sido capaces de mejorar las condiciones interiores (y por tanto exteriores) de su vida nos pueden hablar del proceso, pero solo nosotros podemos realizar el trabajo que nos corresponde.
¿Y una vez nos interesamos personalmente en nuestras vidas?
Cualquier persona que realmente tome interés propio en la mejora de su relación con la vida y consigo mismo pronto se dará cuenta del nivel de control que puede ejercer sobre su experiencia.
Se abrirá a la comunicación con la vida, aprendiendo a ver y comprender las lecciones que sin falta nos presenta. El haber experimentado este proceso de aprendizaje, aunque sea de forma limitada, es la llave para profundizar cada vez más nuestra relación interior con la vida misma.
Lo que uno puede aprender gracias a esto es a vivir consigo mismo, a dejar de ser su propio enemigo saboteador. El dejar de pelearse interiormente es un logro formidable en la lucha para vivir una vida en paz y libertad.
Es un paso aparentemente simple que nos permite convertirnos en nuestros propios aliados y a querernos y aceptarnos verdaderamente. Respetándonos a nosotros mismos, no buscamos el respeto de los demás y a la vez damos nuestro más sincero respeto a todos de una forma básica y no exclusiva, conociéndoles como una parte de nuestro mismo ser.
Esto impacta nuestra creencia que somos individuos separados, aislados de los demás y de nuestro entorno. Llegamos a conocernos como la suma parte de todo lo que se nos presenta en nuestra conciencia, un “yo” que nunca podríamos haber imaginado desde la perspectiva de ojos cerrados.

Patrick escribe para VivirParaCrecer.es, una página que te acerca consejos, articulos y más contenido útil para ayudarte en tu vida cotidiana.





































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