Angustia, Ataques de Pánico, Su Tratamiento Psicológico
La Angustia,esa sensación “penosa” “dolorosa” que nos embarga a veces, y con la cual si no sabemos “lidiar” OCUPA Y DIRIGE nuestro mundo totalmente… La angustia pertenece al mundo de los afectos, es una sensación que quien la “sufre” siente en mayor o menor medida, pero que siempre este sentir le produce un “malestar”.
La persona “se angustia” o “está angustiada” por distintas circunstancias o hechos que le llevan a sentir ese monto de “tensión” displacentera, y que por otra parte están dentro de lo cotidiano o el “diario vivir” de las personas, es decir no forma parte de un suceso “Excepcional”, sino que en cualquier momento se puede producir en respuesta como dije previamente a un suceso que se le presenta a la persona y ésta lo expresa con esa tensión que le produce malestar. Ésta Angustia cuando es en niveles bajos, la persona a pesar de su existencia puede continuar con su vida, pero no se siente inhibida o impedida de actuar. Cuando la Angustia se presenta en niveles anormales y excesivos, en forma “masiva” aquí es común el pánico, el ataque de pánico.
Como consecuencia del ataque de pánico, la persona no puede actuar o realizar su actividad en forma normal o natural, sino que ésta masiva e intensa angustia incide en distintos órganos del cuerpo, del SNC y se manifiesta produciendo un cuadro en el que están comprometidos distintos órganos y funciones autonómicas, que logran que la persona sienta mucho temor, y hasta la sensación de no tener el “control” de su vida y de sus acciones.
Quien siente angustia, siente dolor, dolor más o menos intenso que corporalmente es subjetivamente sentido, y que se manifiesta en la persona luego de que ha vivenciado tal o cual hecho o situación, o interrelación, o en fin cualquiera haya sido el motivo que como displacer se disparó como tensión interna y subjetiva. Angustia, distintas formas de manifestarse de la persona Es decir que la persona angustiada, es una persona que sufre, y según como actúe en su vida de cotidianeidad con ese sufrimiento es lo que hace diferente a cada persona.
Las hay que reaccionan “negando” ese dolor, sepultándolo en los profundos estratos de su mundo interior, y se separan de él, no sintiéndolo, porque sin dudas el tomar contacto con éste les hace vivenciarse vulnerables y es algo que no están dispuestos a experimentar. Por otro lado hay personas que ante la angustia, y en total contacto con ese dolor interior, ponen todas sus potencialidades en funcionamiento y crean las más productivas expresiones de las que son capaces, esto en el orden del arte, del trabajo, de la producción, de la actividad cotidiana, de la profesión; en fin, son personas para las cuales el contacto con el dolor que les produce la angustia, sacan a relucir sus mayores posibilidades creativas y operativas.
Y los hay quienes ante la angustia temen, sienten mucho temor a que esto les produzca un mal mayor, se inhiben, se vuelven sobre sí mismos y de esa angustia y la ansiedad que esto les produce, todo tipo de pensamientos y elucubraciones todas ellas relacionadas con lo negativo, con desencadenantes catastróficos y desequilibrantes, les lleva a encerrarse sobre sí mismos, a no actuar, y a agrandar más aún la ansiedad y angustias originarias, y tanto a veces que suelen llegar a enfermar tanto de ataques de angustia (ataques de pánico) y también de ansiedad y depresión.
Mientras que otras personas ante la angustia, se “desconectan” se “separan” de éste dolor, y viven su vida sin ningún contacto con aquello que les hace sufrir. PERO lo que no debemos dejar de ver, de observar, es que cada modo y forma de actuar son los modos en que éste sujeto con angustia manifiesta su modo de reacción o no ante la misma, pero según sea ésta la forma en que quien está angustiado enfrente o no la situación nos muestra la estructura de su mundo psíquico y mental, su posibilidad de salud y fortaleza o su imposibilidad de reaccionar con equilibrio, y salud ante una situación que le quiebra, porque no puede sostenerse en aquellos aspectos sanos y fortalecidos de su personalidad, porque éstos no están o porque son muy débiles y no le alcanzan para sostenerse en ellos.
PORQUE diariamente ocurren hechos y circunstancias que a la persona le ponen a prueba, y no todos ante éstas circunstancias se angustian, se amilanan, NO, sólo lo hacen quienes son o tienen determinada vulnerabilidad para enfrentar éstas circunstancias que la vida en su diario y cotidiano transcurrir, manifiesta.
Lic. Cristina Heinzmann.Centro Psicológico Compartir.http://www.centrocompartir.org

Equipo de Centro Psicológico Compartir.





































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