La lectura de las cartas y los estados de ánimo
Por lo general, los consultantes acuden a la lectura de las cartas cuando están atravesando una situación problemática, las circunstancias de la vida se tornan insoportables, o se está pasando por un estado depresivo. Pero, aprestarse para realizar una consulta requiere ponerse en un estado mental especial, tomar una cierta actitud que nos permita sacar el máximo provecho de la sabiduría de los arcanos. Es así que se vuelve imprescindible disponerse para el encuentro con la tarotista bien encaminados para extraer lo más posible de su mensaje.
Deberemos proponernos firmemente abrir nuestro corazón y nuestra mente, previendo que quizás el mensaje de los arcanos no sea el que estamos esperando. Esta es quizás una de las pruebas más difíciles a las que debamos enfrentarnos. La realidad de la vida es que no siempre nos dirán lo que queremos escuchar. Y si existe una tarotista que le dice a la gente lo que desea oír, entonces no está haciendo bien su trabajo. Como todo en la vida, deberemos aprestarnos para recibir noticias contrarias a nuestros anhelos, porque la vida es así, como un subibaja: hay momentos de gran felicidad, que contrastan con momentos de tristeza, y este es el destino del ser humano.
El dolor es inevitable en el devenir de cualquier sujeto. Si no existiera el dolor, no sabríamos lo que es la alegría, porque los opuestos se definen entre sí. El estado de necesidad afectiva con el que se acude a la consulta nos vuelve vulnerables, y nos hace dar a las cosas una dimensión e importancia que quizás no tengan.
Por esta razón, es necesario limpiar la mente de cualquier sentimiento antes de entrar a la consulta, y encaminarnos con el corazón bien abierto, a recibir lo que el destino nos tenga preparado. Deberemos buscar en el fondo de nuestro corazón la paz interior que nos permita despejar de prejuicios y falsas interpretaciones lo que los arcanos tienen para decirnos. Lo que podamos extraer de la lectura de las cartas será una herramienta de gran valor que nos están poniendo en nuestras manos para tomar las decisiones más acertadas. Sin embargo, es necesario dejar en claro que nada está escrito en piedra, no hay un destino inexorable al que debamos someternos pasivamente. El tarot nos da opciones, nos indica tendencias, pero la decisión final sobre qué actitud tomar quedará exclusivamente en nuestras manos.
Jesus Ontivero jesus.ontivero@yahoo.com






































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