Y2K
Y2K es el nombre que se le ha dado al mismo y tan renombrado PROBLEMA DEL AÑO 2.000. Casi todos saben de qué se trata, pero repitámoslo: el famoso problema consiste en que, muy probablemente, cuando pasemos al año 2000 todos los sistemas de cómputo y aparatos electrónicos que manejan fecha fallarán, parcial o totalmente, pues no reconocerán los dos dígitos cero (00) con los cuales se identificará ese terrible año. Además, el año entrante será bisiesto, asunto este no previsto por muchos equipos y aplicaciones. Podrán fallar entonces los computadores personales, los programas de nómina o contables, los sistemas de facturación, los dispositivos de control en plantas electrificadoras, los componentes de la red de telefonía, los aparatos de aeronavegación, los equipos electrónicos biomédicos y, en fin, un gran número de esas máquinas y programas indispensables hoy para nuestra civilización. El caos podrá ser muy grande el primero de enero del 2000 o, a lo mejor, no pasará nada y podremos estar colaborando ahora sólo con el más trivial terrorismo internacional. Aquí tocamos el punto importante del problema: como no podemos saber la gravedad real del asunto debemos prepararnos para lo peor. Las entidades públicas debieron tener listo un plan de acción desde 1997 como también debieron establecer un equipo de trabajo para resolver el problema, con integrantes dedicados exclusivamente a trabajar en este proceso. Este equipo de trabajo debió adelantar los procesos de evaluación, diagnóstico, planeación y su correspondiente implantación y debieron involucrar directivos, técnicos y usuarios de las aplicaciones, que les permitiera tener en cuenta los diferentes aspectos de la solución.
En las empresas particulares se debió hacer lo propio. Ahora, a tan sólo días del año 2000, en nuestro hogar, si es el caso, y en las entidades públicas y privadas debemos implantar planes para mitigar los efectos del Y2K e identificar las áreas críticas en donde será necesario un plan de contingencia, teniendo en cuenta, por supuesto, que Y2K no sólo tiene que ver con sistemas electrónicos sino con muchos procesos y actividades dentro de las entidades, como por ejemplo con lo legal (la cuantía de todos los procesos a raíz de este problema se calcula en ¡un billón de dólares!). En este campo será necesario revisar, minuciosamente, todos los contratos de compra o suministro de hardware y software para establecer cuáles han sido los compromisos del vendedor y, si fuera posible, pactar las respectivas garantías adicionales. También se deben revisar todas las pólizas y hacer una especie de inventario sobre los posibles procesos a emprender o en los cuales la entidad pueda ser demandada.
En fin, el año 2000 se nos vino encima. Ya sólo nos queda tiempo de seguir realizando las acciones para reducir el impacto de Y2K y, sobre todo, de diseñar e implantar los planes de contingencia de rigor para que el caos no vaya a imperar en nuestra organización. Dichos planes deberán partir de las siguientes preguntas, entre muchísimas otras: ¿Qué debemos hacer si todo el sistema telefónico de la entidad falla? ¿Qué procedimiento seguir si todos nuestros computadores se apagan? ¿Cómo debemos afrontar un corte prolongado de energía eléctrica si, además, nuestra planta se niega a encender? ¿Qué hacer si todas nuestras cajas se dañan? Por último, para garantizar un próximo mes de enero sin angustias, haga por lo menos un par de simulaciones de sus planes de emergencia, y... ¡Feliz año!
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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