¿Es necesario trabajar duro para tener éxito?
Hablemos de Negocios
Es muy común que el emprendedor se asuma a sí mismo como el principal y único caudillo de su negocio, el que debe estar al frente de la batalla dando los pasos más importantes. Por lo general se asocia que la idea de Trabajo duro es igual a negocio rentable, ¿Pero es esto realmente así?, ¿Hay que sudar a mares para poder tener un negocio rentable?Piénsalo, si hablamos de negocios y trabajo duro, cada vez que comenzamos un negocio, ponemos muchísimo esfuerzo físico, trabajo duro, muchas horas. Si esto fuera directamente proporcional al monto de las ganancias, entonces seríamos muy exitosos, sin embargo, no por eso recibimos grandes ingresos.Si el trabajo duro, no es equivalente a los ingresos, entonces ahí podemos encontrar un indicio para responder a esa pregunta que permanentemente nos hacemos los emprendedores, ¿Por qué si trabajo tanto no logro consolidar mi negocio?
La respuesta está en el uso que hacemos de nuestros recursos, es decir, ¿Somos inteligentes para trabajar?¿Cuál es la razón y el objetivo fundamental de tu negocio?
Así pues, para trabajar de manera inteligente, primero define, o recuerda la razón y el objetivo de tu empresa. ¿Qué te trajo hasta aquí?Ahora, te toca a ti definir cuál es tu rol y objetivos dentro de tu negocio, ¿Tus propias inquietudes o ambiciones personales son compatibles con los que has planteado para tu negocio? Es obvio que el interés de cualquier negocio es el de ganar dinero, pero ¿por qué, o para qué quieres ese dinero?
Esto parece un poco raro, pero te sorprendería saber cuántos emprendedores comienzan con una idea que luego terminan odiando por no ser compatible con sus verdaderos intereses.
Quieren ganar dinero y sólo van detrás de eso, perdiendo de vista por qué lo hacen. Define y entiende cuál es tu interés, por qué decidiste iniciar el negocio y hasta dónde quieres llegar. Pregúntate si es por este medio por el que alcanzarás tus objetivos. Es mucho más fácil obtener resultados, si estás perfectamente alineado con tus objetivos, te darás cuenta que el negocio en poco tiempo tomará vida propia y se moverá a su ritmo, y es aquí, que si no estás alineado con el sentido de tu negocio, terminarás odiándolo.
Finalmente, cuando decides ser emprendedor y forjar tu propio destino, también aceptas una determinada dosis de frustración, ya que las cosas no siempre resultan como las has planeado, aún con el mejor plan. Trabaja inteligentemente; lo más claro y definido de tu plan, debe ser lo que te llevó a él. En definitiva el motor de tu negocio debe ser la pasión que pusiste cuando nació.
Ser emprendedor no es fácil, pues implica un gran compromiso, mucho control de la ansiedad y la renuncia a esa “estabilidad” en la que caes cuando trabajas para otras personas, y que al mismo tiempo te mantiene atrapado.
Busca la seguridad dentro de ti mismo y encontrarás la libertad para hacer lo que quieras.
Luis A. Huergo "Experto no es quien sabe todo... experto es quien no deja de aprender"
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