Vehículos eléctricos
Es una realidad que los vehículos eléctricos se están convirtiendo en una alternativa cada vez más presente entre los consumidores. Si bien este es un mercado que recién comienza, lo cierto es que cada vez más gente se plantea y compra un medio de transporte de este tipo.
La situación económica actual ha mermado el mercado de los automóviles convencionales. Sólo se habla de recortes y ajustes en las fábricas, y en definitiva, algo que todo el mundo sabe. La crisis afecta también, evidentemente, a los bolsillos del consumidor final. A los bancos les cuesta dar créditos, y es más difícil comprar un coche nuevo. Y eso, se extiende al mercado de segunda mano. Pero también debido a la crisis, los consumidores estamos abriendo los ojos a algo que hasta hace poco se veía y miraba, pero a menudo no se le prestaba demasiada atención: el consumo. Eso de mejor diesel que gasta menos o mejor gasolina que el coche pide caña está encabezando la lista de los motivos a valorar a la hora de comprar un coche convencional.
Pero el consumo es sólo el principio. Aparte de que con un vehículo eléctrico este consumo no se reduce, sino que proporcionalmente casi se elimina, el mantenimiento general de un vehículo eléctrico es proporcionalmente muy inferior al de un vehículo de combustible. A partir de aquí ya podríamos empezar a hablar de que la generación de contaminación cae en picado, que se produce mucho menos ruido, que se reducen a la mitad los problemas para encontrar aparcamiento en la ciudad, que la sensación de movilidad total es real, o que si no tienes garaje, te puede caber casi en cualquier parte.
Es así que este tipo de transporte es una opción cada vez más frecuente, pero no sólo como primer vehículo apto para zonas urbanas, como pueden ser los scooters electricos o motocicletas electricas, sino también como vehículo más de recreo, por llamarlo de alguna forma, como pueden ser los patinetes electricos .
Parece que no, pero un vehículo eléctrico, en la sociedad actual puede tener muchas más ventajas que un vehículo convencional. Y como ya hemos dicho, lo que cuesta, a todos los niveles, es sólo el principio.






































Registro automático