E-comercio
El Comercio Electrónico es el tráfico de transacciones económicas, compra o venta de bienes y servicios, de forma ágil, rápida y directa, favorecida por la comodidad y facilidad de utilización por parte de los usuarios en Internet. Abarca, pues, las cuestiones suscitadas por toda relación de índole comercial, sea o no contractual, estructurada a partir de la utilización de uno o más mensajes de datos o de cualquier otro medio similar. Las relaciones de índole comercial comprenden, sin limitarse a ellas, las siguientes operaciones: toda operación comercial de suministro o intercambio de bienes o servicios; todo acuerdo de distribución; toda operación de representación o mandato comercial; todo tipo de operaciones financieras, bursátiles y de seguros; de construcción de obras; de consultorio; de ingeniería; de concesión de licencias; todo acuerdo de concesión o explotación de un servicio público; de empresa conjunta y otras formas de cooperación industrial o comercial; de transporte de mercancías o de pasajeros por vía aérea, marítima y férrea, o por carretera. Es, entonces, una de esas cosas que parecen muy lejanas, casi metafísicas, a la inmensa mayoría de los comerciantes, profesionales e industriales opitas. Sin embargo, esta forma post-postmodernista de lucrarse con el comercio ha tenido un auge espectacular en Latinoamérica y en todo el mundo. Según International Data Corporation, 4,8 millones de usuarios de la superautopista de la información en América Latina hicieron transacciones electrónicas en 1998 por un valor de 167 millones de dólares y las proyecciones para el 2003 son de ¡19,1 millones de usuarios comerciando bienes y servicios por la pendejadita de 8 billones de dólares¡ Todo sin contar los 62 millones de gringos usuarios de la red que actualmente compran e intercambian todo tipo de bienes por ese medio. Esto quiere decir, en palabras castizas, que dentro de cuatro años el comerciante, industrial o profesional que no le "jale" a este negocio, sencillamente estará destinado a desaparecer del mapa. "Tengo página web, luego existo", será la nueva fórmula cartesiana de la riqueza. En nuestro país ya se ha empezado. Prueba de ello es la Ley 527 del 18 de agosto de 1999, por medio de la cual "se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales, y (sic) se establecen las entidades de certificación y (sic) se dictan otras disposiciones". Pero, también, es digno de mencionar el "nuevo centro de negocios virtual destinado a facilitar la entrada de las pequeñas empresas en el web, con bajos costos y limitando el esfuerzo técnico que cada usuario debe realizar", iniciativa puesta en marcha por Acopi hace más o menos un año, ubicable en: http://www.pymenet.com. Por todo lo anterior es ya necesario que nuestras empresas huilenses empiecen a evaluar seriamente la posibilidad de montar, en un futuro cercano, establecimientos de comercio, tiendas, oficinas y hasta centros comerciales virtuales o que, por lo menos, inicien su labor de capacitación en todos estos temas para poder revisar, con realismo, sus estrategias de negocios con miras a aprovechar esa gran mina de plata que se asoma por la pantalla de nuestros computadores.
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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