Esto no se acaba en 1999
Cualquiera pensaría, por el título, que me voy a referir a nuestro país, el cual, en el sentir de muchos, ya se acabó. No. Esta vez sólo escribiré sobre la discusión que enfrenta a los astrónomos, astrólogos, historiadores, intelectuales, científicos y gente del común, sobre el final del siglo XX o el Segundo Milenio y el comienzo del XXI o Tercer Milenio. Lo primero que se debe decir es que esta discusión no le importa a todo el mundo: recordemos que para los musulmanes este año es el 1421, para algunos budistas como los tailandeses, transcurre el año 2542, para los chinos este es el año 4697 y los judíos viven su año 5759. Todo para no mencionar los demás humanos que manejan los otros treinta y algo de calendarios en el mundo, a los cuales nuestro año 2000 les importa un comino.
El argumento más simplista para sostener que este milenio no acabará a las 24 horas del 31 de diciembre de este año es el del conteo aritmético de los años que componen el siglo o los siglos que componen el milenio, asumiendo que ni uno ni otro empezó en el año cero. Es decir, no hubo año cero, ni siglo cero. El primer año del primer milenio después de Cristo fue el año 1 y no el año cero, pues Dionisio el Exiguo, quien impuso la fecha del nacimiento de Cristo en el año 753 ad urbe condita, lo hizo cuando transcurría el año 532 después de Cristo, utilizando para ello el sistema de numeración romano, en el cual no existía el cero. Ahora sabemos que ese fue un enorme error histórico pues ¡según la mayoría de teorías científicas al respecto, Jesus Cristo nació realmente entre el año 7 y el 4 a.C.! Entonce el primer año después de Cristo lo fue del primer siglo del primer milenio y no del siglo cero. De este modo el último año del primer siglo después de Cristo fue el año 100 y el último siglo del primer milenio después de Cristo fue el siglo X, es decir que este siglo terminó, a su vez, en el año 1000 y no en el 999. Lo mismo se predica del segundo milenio que transcurre: este terminará a las 24 horas del 31 de diciembre de 2000 y no en este año.
Pero eso no es todo. Varios ajustes y reformas hechos a través de la historia hace todavía más cierta la teoría de que este año no se acabará el tercer milenio. Entre ellas merece mención la reforma de Julio César quien adaptó los meses a las estaciones, sustituyó el año lunar por el trópico e introdujo el año bisiesto. Hizo que el año 45, llamado por eso "año de la confusión" durara 445 días, con los cual quiso corregir el desfase de un mes por cada 30 años que producía el año romano. Sin embargo el año introducido por Julio César, compuesto de 365,25 días, era aun muy largo con respecto al trópico que dura 365,24219 días, produciendo un error de 11 minutos y 14 segundos por año, como quien dice un día y medio cada 2 centurias. Por eso, en 1582, el famoso Papa Gregorio XIII trató de corregir este desfase. Sus medidas fueron: ordenó que el 4 de octubre de 1582 fuera el 25 de octubre, ¡borrando del todo los días entre una y otra fecha!; impuso el año de 365,2425 días y como aun había desfase ordenó que los bisiestos fueran los años divisibles por cuatro, salvo los centenarios que sólo serían bisiestos si se pueden dividir por 400.
Por todo lo dicho podemos concluir: ¡definitivamente el milenio no se acaba en este año o en el peor de los casos ya se acabó hace algunos años, sin pena ni gloria! Pero nada de eso importa porque vamos a tener la oportunidad de festejar el final del milenio durante todo un año. ¡Ya lo verán!

Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com





































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