Semestralizar los colegios
los estudiantes que finalizan el curso y ya no van a tener la promoción casi automática que antes propiciaba un decreto del Ministerio de Educación, el 230. Ahora son muchos los que no podrán avanzar, según el 1290, sino que tendrán que repetir el mismo curso el año entrante. Claro que el problema de la educación no es solo de Colombia, y tampoco e reduce a dos o tres decretos. Con todo, como lo analizaba la semana pasada, el calendario global, no menos que el específico de los Colegios, tiene una trascendencia enorme para la educación, para las familias, para la economía. De ahí la propuesta que quiero presentar a consideración de los estudiantes, las familias, los educadores y los gobiernos. Hasta hace relativamente pocos años, el Calendario de las universidades era anualizado como es todavía el de los colegios. Aunque con desgana al comienzo, poco a poco lo fueron acogiendo y ya prácticamente no hay universidad o institución de educación superior que no lo haya semestral izado y aun para los posgrados hasta trimestralizado. ¿Por qué no hacer otro tanto en los colegios, aun desde el preescolar?
La primera razón es por el enorme detrimento psíquico, físico y financiero que representa para los alumnos, los padres de familia, la sociedad en general y aun la economía del país la pérdida de todo un año de los estudiantes que no aprueban cada curso. Si hoy un campeonato de fórmula uno y mil deportes similares se pierde o se gana por milésimas de segundo, ¿desperdiciar todo un año de la vida de un niño o adolescente no es algo casi monstruoso? El hecho de que cada día crezca la esperanza de vida, no nos permite desperdiciar años tan valiosos como los de la niñez, y, menos, traumatizarlos de por vida. Lo segundo es que de esta manera habría una mayor continuidad en todo el proceso educativo y las universidades recibirían un número similar de estudiantes cada semestre. A lo que se añadiría el eliminar el calendario B del suroccidente del país, y unificar a todos, ya que hoy la movilidad de las familias es mucho mayor que antes, y son muchos los alumnos que se tienen que retrasar en sus cambios de colegio. Nuestro país, como todos los de la zona tórrida, que carecen de estaciones, adolece de dos periodos secos, precisamente a fin y principio de año y a mediados del mismo, en los que se privilegiarían las vacaciones entre semestre y semestre. A mitad de cada semestre irían la semana santa y la de setiembre. Una tercera razón es que en períodos más cortos, la intensidad y el rendimiento son superiores, (como en cualquier carrera contrarreloj). Y en la parte económica puede haber un desahogo para los padres de familia, pues en vez de una habría dos temporadas escolares mucho menos gravosas ya que se puede calcular mejor que ahora el material que se debe conseguir, mientras hoy se presentan grandes desperdicios al final de cada año. Un año económico más balanceado, va a ser un gran beneficio en todos los aspectos. Finalmente una consideración adicional. Las vacaciones empresariales se deberían acomodar en buena parte con las de los estudiantes, de modo que fueran vacaciones de tipo familiar. Serían un gran servicio a la intimidad y unión de sus miembros, pero, también, a la economía, en especial el turismo. La próxima semana me extenderé más en este aspecto.
Tomado de: Fabio Villegas Botero
Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com

Hola, soy docente y en mi institución están planteando la semestralización. Quisiera conocer los pros y los contra de este proceso y en qué afectaría a estudiantes y docentes.
Gracias, espero me envíes la rta al correo.





































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