Souvenirs de Sevilla
La aventura de un viaje comienza cuando confirmamos las reservas de hotel y se extiende mucho más allá de nuestra vuelta, con las impresiones y recuerdos reviviendo en cada fotografía y en cada objeto adquirido durante la travesía. En cada viaje, más allá de los típicos adornitos “recuerdo de…” que luego juntan polvo en algún estante, nos aguardan infinidad de artesanías y productos típicos que vale la pena conocer y, por qué no, llevar con nosotros. Y en ese sentido, quien haya confirmado su reserva en Sevilla para sus próximas vacaciones encontrará una serie de opciones tan deliciosas como tentadoras.
Si hablamos de delicias, Sevilla se distingue por su repostería conventual. Un sinnúmero de conventos conserva viva la tradición que distinguió durante siglos a las Hermanas como eximias reposteras. Una tradición que se materializa en delicias típicas como los bollitos de leche, las carmelitas con crema, roscos de Reyes o de vino y redonditos de nata, por enumerar algunas de las memorables confituras sevillanas. Los manjares salados tienen también su lugar con sabrosos canapés y empanadas, y en algunos conventos se hacen, por encargo, tortas de bautismo o de bodas.
Continuando con la gastronomía típica, los jamones ibéricos y embutidos caseros sevillanos bien podrían ser los responsables de la mayoría de las reservas turísticas en la zona. Esta industria artesanal tiene su expresión en numerosos establecimientos productores de jamón, paleta, morcón, caña de lomo y otros numerosos productos cárnicos, todos igualmente sabrosos. Sevilla también es célebre por sus mantecados. En los obradores es posible, no sólo saborear y adquirir toda clase de dulzuras, sino también presenciar el antiguo y artesanal proceso de elaboración de turrones y tortas de almendra o chocolate, tartas imperiales, tabletas y tortas de guirlache.
Pero no sólo de comida vive el hombre, y luego de conseguir un hotel barato, bueno y bien ubicado, y asegurarse de haber visitado conventos, obradores y demás productores de delicias, se impone un paseo por algunas de las no menos importantes industrias de artesanías de la región. Sevilla se distingue por la exquisitez de sus trabajos en cuero y por su forja. Los primeros surgen hoy de talleres que fusionan modernidad y tradición, preservando los procesos tradicionales y los motivos típicos a la hora de crear bolsos, zapatos, cinturones o tirantes. Capítulo aparte merece la producción sevillana de objetos de hierro forjado, trabajos de enorme sensibilidad y delicadeza que incluyen desde portones hasta complementos para adorno de las bailarinas de flamenco. En Sevilla, la industria artesanal transforma los simples y típicos souvenirs de viaje en recuerdos para querer y atesorar.
Jorge Alberto Guiñazu
Reservas de Hotel






































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