Ecoturismo en Mendoza
Catorce son las Áreas Naturales Protegidas de Mendoza, expresando cabalmente la importancia que la provincia cuyana concede a la preservación de su rico patrimonio natural. Como muestra de esta preocupación, cabe destacar que el tramo del popular rally Dakkar que atraviesa el territorio mendocino ha sido desviado en parte para evitar el paso de los vehículos por una de las citadas áreas protegidas. Para los turistas que llegan a Mendoza sin autos o motos de carrera, en cambio, no hay restricciones para gozar de algunos de los paisajes más bellos e imponentes del planeta.
Las vacaciones en Mendoza no son tales si no incluyen una visita al legendario cerro Aconcagua, dentro del parque provincial del mismo nombre. Pero el mítico paraíso de escaladores y montañistas no es la única atraciòn de esta zona de la provincia. Allí, el paisaje de alta montaña facina desde el misterioso Puente del Inca, monumento natural de extraña belleza, hasta la cristalina Laguna de los Horcones, convirtiendo la zona en el lugar ideal para la práctica del trekking y, por supuesto, el andinismo.
El paisaje cambia radicalmente en la desértica llanura centro-norte de la provincia, apenas interrumpida por el casi milagroso bosque Telteca, reserva biológica de increíble riqueza, totalmente inverosímil en ese marco de completa aridez. Una más de todas las sorpresas que el turismo en Mendoza reserva a sus turistas.
Mención aparte merecen las reservas de la zona sur de la provincia. Allí, las alucinantes formaciones rocosas de los Castillos de Pincheira, surcadas de murmurantes arroyitos, resultan el emplazamiento ideal para los aficionados a acampar, a la vez que son un óptimo punto de partida para toda clase de excursiones a caballo y en bicicleta, safaris fotográficos y de observación de la flora y la fauna y, nuevamente, para la práctica del trekking. En la Laguna de Llancanelo, se impone la observación y avistamiento de aves: flamencos rosados, cisnes de cuello negro y bandadas de garzas contribuyen a forjar el agreste encanto del lugar.
Muy cerca, la Caverna de las Brujas propone aventurarse en un mundo distinto, debajo del mundo: explorar las grutas y cavernas, con sus caprichosos entretejidos de estalactitas y estalagmitas resulta una experiencia tan deslumbrante como imposible de olvidar. El paisaje se vuelve volcánico al llegar a la zona de La Payunia, donde manadas de simpáticos guanacos, dueños absolutos del paisaje, saludan al turista. A esta altura del recorrido, estará totalmente deslumbrado por las increíbles posibilidades ecoturísticas que unas vacaciones en Mendoza pueden ofrecer.
Jorge Alberto Guiñazu






































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