Proyectos digitales
Esto se debe, como dijimos, a que el diálogo digital no es invasor, no interrumpe una actividad sino que la enriquece. Es curioso, pero el primer dato objetivo en el trabajo digital a distancia es la disminución significativa de los llamados telefónicos. En las instituciones educativas el tema del teléfono es muy serio. Todos sabemos que el uso convencional del teléfono puede llegar a ser alienante ya que el interlocutor queda siempre "expuesto". En cambio, en una comunidad conectada por redes digitales la comunicación telefónica se reduce progresivamente a determinados temas coyunturales mientras que las informaciones más sustanciales transitan entre las personas, pero sólo a través de las computadoras, que obran como un filtro y disminuyen los roces. Además, queda un registro digital en la memoria de la computadora, lo que asegura el seguimiento de cada tema, la privacidad absoluta de los documentos y memos, su consulta rápida, etcétera. Todo ello incita a una actividad más profesional.
En el sistema educativo, lo hemos comprobado muchas veces, los primeros beneficiados por esta nueva cultura son los administradores y directivos. Inmediatamente después comienzan a intervenir los docentes y el círculo se completa cuando ingresan los alumnos, cientos o miles, a la red. Entonces podemos asistir a un fenómeno nunca visto antes en el colegio. Se abre un inmenso abanico de intereses, de cuestiones, de propuestas. Muchas de ellas se expresan por primera vez en público, se presentan en sociedad, se someten a crítica. El comienzo puede ser algo caótico y es preciso que haya docentes con sentido común para orientar (sin censurar) este intenso tráfico de ideas y anuncios. Se plantea inmediatamente la responsabilidad de guiar a los jóvenes usuarios por el camino del respeto mutuo, lo que exige crear también una "etiqueta" digital que elimine la necesidad de una "policía de bits" como dice Negroponte. La tarea no es fácil ni inmediata, pero si la escuela digital sigue un desarrollo normal, al cabo de un tiempo (¿un año?), los mensajes toman un nuevo estilo, disminuyen las trivialidades y aumenta la participación constructiva de todos, alumnos y docentes por igual.
En segundo lugar, en contra de lo que puedan imaginar algunos, la escuela digital enriquece notablemente la calidad del encuentro personal, cara a cara, entre el profesor y su alumno, que es la base de toda educación. En efecto, cuando se ha preparado el encuentro con un intercambio digital previo, detallado e interactivo, el diálogo personal en el aula, en el taller o en el laboratorio se establece sobre un fundamento más firme y sustancial. Más aún, se elimina de esta forma la imposición de muchos traslados inútiles para seguir un curso y se aprovechan mejor las reuniones realmente indispensables. La agenda educativa cambiará sustancialmente cuando disminuyamos la redundancia en nuestra actividad de aprender y de enseñar. Nos reuniremos para celebrar el encuentro más que para pasarnos información. De esa manera evitaremos el mal endémico de la "reunionitis". La escuela digital será esencialmente un lugar para el encuentro, pero un encuentro abierto al mundo.
Compilado por. Javier Mejía T.

Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com





































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