Los Tópicos de la Salud
Escuchamos frecuentemente a nuestro alrededor que “la salud es lo más importante”, “primero estar sanos, lo demás es secundario” o “hay que cuidarse para estar sano”. Y no está mal empezar por ahí, sin embargo, a la hora de pasar a la acción posiblemente nos demos cuenta que a esas frases tendremos que sumarles otras más acordes con nuestros objetivos saludables, ya que comprobamos que los resultados no acompañan nuestras incipientes buenas intenciones.
¿Se ha preguntado usted qué es la salud?. La OMS la define como el estado de completo bienestar físico, mental y social, ¿es eso posible?, ¿la salud sólo es la ausencia de enfermedad?.
Desde el psicoanálisis no se puede separar el cuerpo ni de lo psíquico, ni de lo social, por lo que tanto en la producción de salud como de enfermedad debemos pensar al individuo desde esas tres instancias, las cuales, a su vez, pueden generar tres órdenes de enfermedad: orgánico, psíquico y psicosomático. El síntoma tal como lo plantea Freud, es más del orden social y tiene que ver entre otras cosas, con la relación del individuo con la realidad. En la neurosis, el individuo huye de la realidad que conoce refugiándose en la fantasía, sin embargo en la psicosis el sujeto transforma una realidad que desconoce, en los dos casos las dificultades para el amor y el trabajo son notorias. ¿Cómo sería un sujeto normal?, sería aquel que conoce la realidad pero no huye de ella sino que la transforma.
Es así como entre el neurótico, el psicótico, y el sujeto normal, existen semejanzas y diferencias. La semejanza es que en los tres los mecanismos son los mismos, todo individuo reprime, forcluye, niega, es decir, no existe una diferencia cualitativa entre ellos, ya que si la hubiera, el neurótico no sería curable. La estructura del aparato psíquico es el mismo en los tres: consciente-inconsciente, superyó-ello-yo. Procesos inconscientes, conscientes, represión, negación. ¿Acaso alguien puede decir no haber realizado nunca algún ritual obsesivo?, sin embargo eso no nos cataloga como obsesivos, no se puede decir que seamos enfermos, aunque en algunos momentos o en algunas frases caigamos en posiciones neuróticas, histéricas, perversas, etc. Lo que determina la enfermedad es la manera particular de cada sujeto de renunciar al deseo, el modo en que pacta con la Ley.
Y es que la enfermedad del ser humano es no aceptar ser mortal, hablante, sujeto del lenguaje, es decir, la enfermedad del sujeto es no saberse mortal. De esta manera los síntomas que podrían ser tan solo de la palabra, se hacen carne en el sujeto, incapacitándolo para hablar o escribir, aunque esté en plenas facultades de hacerlo, inhabilitándolo para trabajar o amar. Un sujeto que aún mortal no se quiere saber mortal, un sujeto que busca “el estado de completo bienestar físico, mental y social”, cuando la completud es imposible en el ser humano, está más cerca de Dios que del ser humano. Los errores, los actos fallidos, los lapsus, los sueños, son manifestaciones de nuestro inconsciente, hablan de una verdad, del deseo. Aceptar que nos pasan estas cosas es un paso hacia la salud. Si un denominado psicótico va a la consulta a la hora de su sesión, toca el timbre, se tumba en el diván y habla, ya no es un psicótico, ya es un sujeto en análisis.
La salud, de esta forma, no es el fin, la salud es los medios mismos para conseguirla, es cuando puedo gozar de ser un ser mortal, que habla y cuya sexualidad es su palabra. Es la capacidad de sustituir, es decir, de desplazamiento frente a una pérdida, la posibilidad de transformar las frases que remiten a una ideología familiar, a los modelos del estado, por otras. Sumar nuevas palabras, una ruptura que desemboque en una nueva manera de vivir. La salud, tendrá que ver con la capacidad de aceptar el desequilibrio, la incertidumbre, ya que la armonía para el sujeto psíquico no existe, eso no quiere decir que no podamos buscarla, aunque no la encontremos.
Una manera de hacerlo es a través del psicoanálisis y la creación. Si no existe una degeneración del aparato, si no es una cuestión de herencia, si la salud no es un estado anterior que debamos reconstruir sino una producción del sujeto, si el cotidiano vivir se encuentra sobredeterminado por las frases que se pronuncian, la posibilidad de tratamiento es factible, la posibilidad de construir un nuevo sujeto por medio del trabajo psicoanalítico es viable.
Susana Lorente Psicóloga Psicoanalista Colegiada M-17923 www.susanalorente.com
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