Disminuye tu estrés a través de la alimentación
Disminuye tu estrés a través de la alimentación
Aunque la clave para combatir el estrés se basa en descubrir su raíz y la forma de reducir su causa o manejarla, una alimentación saludable puede contribuir a que el organismo pueda con algunos de sus efectos negativos.
Independientemente de que la fuente de estrés sea física o emocional, el organismo reacciona bombeando adrenalina, una hormona que a su vez desencadena una serie derespuestas hormonales y nerviosas por todo el organismo que te preparan para la lucha o la huida.
A pesar de que la mayoría del estrés que sufrimos hoy en día no requiere una respuesta física rápida, nuestro cuerpo sigue reaccionando de esta forma. Desde el primer segundo de ansiedad, el ritmo cardiaco se acelera, la visión se agudiza y se desvía sangre a los músculos, al tiempo que se espesa, anticipando la curación de heridas.
El estrés físico, para el que estas reacciones resultan especialmente útiles, es por lo general pasajero; tras él, los niveles hormonales vuelven a la normalidad y el sistema nervioso recobra un estado de menor alerta. En ocasiones, el estilo de vida actual lleva a un estrés mental de larga duración, que puede hacer que el organismo se encuentre en un estado de reacción al estrés durante tiempo prolongado.
Bajo presión
No se conocen todos los efectos del estrés en las necesidades nutricionales, pero bajo estas circunstancias el metabolismo del organismo puede estar sometido a gran presión. Este estado puede tener repercusiones en el sistema inmunitario; disminuyen nuestras defensas y somosmás vulnerables a contraer infecciones o enfermedades.
Para producir adrenalina, se necesita vitamina C. Cuando los niveles de adrenalina se elevan durante largos periodos de estrés, se requiere una mayor cantidad de vitamina C. Casi todos los animales pueden incrementar su propia síntesis de dicha vitamina para hacer frente a una mayor demanda. Por ejemplo, las cabras son capaces de aumentar la producción de vitamina C en un 500 %.
Sin embargo, el hombre solo puede obtener este nutriente esencial a través de la dieta. Si esto no se logra mediante la ingesta de alimentos ricos en vitamina C como las naranjas, el kiwi, las frutas del bosque, los pimientos, el brécol o las patatas, el organismo, y especialmente su sistema inmunitario, puede sufrir una deficiencia de dicha sustancia.
La carencia de vitamina C reduce la actividad de los macrófagos, células inmunitarias que se comen literalmente a las bacterias y los virus invasores. Una menor cantidad de macrófagos aumenta nuestra propensión a contraer resfriados y gripe, lo cual, a su vez, contribuye a agotar nuestras reservas de vitamina C.
Cuando nos exponemos a largos periodos de estrés es conveniente reforzar el sistema inmunitario tomando grandes cantidades de alimentos ricos en beta-caroteno como zanahorias, verduras de color verde oscuro y frutas de color amarillo y naranja.
El consumo regular de las vitaminas C y A, junto al de ácido fólico y zinc, es vital para el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario. El ácido fólico se encuentra en las judías, las espinacas y otras verduras de hoja verde, mientras que los alimentos ricos en zinc son la carne roja, carne de cangrejo, las ostras, el germen de trigo, el hígado y las semillas de calabaza.
El poder de las proteínas
La necesidad de proteínas también puede aumentar en situaciones de estrés permanente. En tales circunstancias, es especialmente importante incluir en nuestra dieta pescado, pollo, pavo, carne roja magra, huevos, leche o judías. Una dieta pobre en proteínas puede reducir de forma considerable las defensas inmunitarias y la capacidad de combatir las infecciones. El pescado azul, como el salmón, la trucha, el atún y las sardinas, resulta especialmente apropiado, ya que también proporciona grasas esenciales capaces de fluidificar la sangre. De este modo, se contrarrestan las propiedades espesantes de la adrenalina.
Una alimentación que ayude a combatir el estrés consiste, simplemente, en una dieta sana y equilibrada en la que se seleccionan los alimentos adecuados. El ejercicio es también importante ya que estimula la producción de endorfinas (sustancias naturales que hacen que estemos de buen humor) y mejora la forma física. Si eres una persona que está bajo estrés constante deberías plantearte modificar tu estilo de vida o buscar apoyo de un profesional.

María Becerril, PCC Coach de Salud y Bienestar. Formación y terapia eficaz con PNL www.emocionesaludables.com www.salutis.es





































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