Disfrutar atreviéndonos al rappel
El rappel es un tipo de descenso vertical desde alturas montañosas utilizando una cuerda y un arnés, además de algunos elementos indispensables de seguridad. Originalmente era practicado solamente por escaladores y rescatistas, hoy se encuentra en auge y casi todos los turistas que llegan a la montaña se animan a practicarlo. Hacer un descenso con esta técnica es uno de los más novedosos atractivos del turismo en Mendoza.
Para practicar este deporte no hace falta cumplir ningún requisito en particular: bastan el entusiasmo y el coraje suficiente para vencer el miedo inicial. Todos aquellos que han pasado por esta experiencia coinciden en que se siente aprensión al empezar a bajar, pero la emoción y la adrenalina del descenso y la belleza del paisaje son los encargados de borrar muy pronto esa sensación. Quien practique rappel una vez, se asevera, siempre querrá volver a hacerlo.
El equipo que se necesita para vivir esta experiencia es muy sencillo, siendo ese uno de los secretos de la rápida popularización del rappel. Además de ciertos dispositivos de seguridad indispensables, que pueden variar de acuerdo a la técnica empleada, los más importantes son la soga y el arnés. Es muy importante verificar que el instructor revise adecuadamente estos 2 elementos antes de empezar el descenso, ya que de ellos depende absolutamente el evitar una caída al vacío. Los arneses utilizados en esta actividad permiten realizar la travesía sentado, evitando la tensión en espalda y piernas. Pueden ser parciales, que sólo sujetan la cintura y las piernas, o totales. Estos últimos son los más aconsejables, ya que incluyen un dispositivo de sujeción para espalda y piernas que minimiza aún más los posibles daños en caso de producirse una caída.
De la soga dependen el éxito y la seguridad del descenso. Por lo tanto ningún cuidado para con este elemento estará de más. Puede escogerse entre sogas estáticas, las preferidas para pequeños descensos y para espeleología, o la dinámica, cuyo efecto rebote amortigua golpes y caídas. Con esta última, empero, se deberá tener cuidado con los movimientos bruscos y los saltos, para no terminar transformados en un yo-yo de alta montaña.
Mendoza brinda escenarios ideales para la práctica de esta excitante aventura. Particularmente recomendable resulta la zona de Potrerillos, a sólo 50 Km. de la capital Mendocina, con sus imponentes picos nevados y sus bellísimos espejos de agua.
Todo aquel que se anime tendrá otro recuerdo imborrable para atesorar de sus vacaciones en Mendoza.
Jorge Alberto Guiñazu
Turismo en Mendoza






































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