Gastronomía de lujo y turismo en Mendoza y Buenos Aires
Aquellos que visiten la República Argentina, ya sea con el fin de hacer turismo o por n negocios, no dejará de sorprenderse por el gran categoría de su propuesta gastronómica. En cualquiera de los lugares de mayor interés para viajeros, sea el sur, las cataratas del Iguazú o Mendoza, el turismo intenso ha colaborado a desarrollar una cocina en perfecto equilibrio entre lo sofisticado, lo tradicional y la vanguardia.
En Buenos Aires, la propuesta es la cocina internacional, con ofertas de alto vuelo en cada barrio. En la capital argentina es posible encontrar restaurantes con comidas típicas de casi cualquier rincón del mundo. ¿Japonesa? Seguro ¿Nórdica? También ¿Árabe, húngara, francesa, italiana? Sin dudas; Buenos Aires ha dejado de ser hace ya mucho tiempo un lugar para la exclusiva degustación del famoso asado argentino.
Existe no obstante, también, una corriente conocida como cocina porteña, una variante con identidad propia que puede ser tradicional o gourmet. En ésta última clasificación reina en Buenos Aires Tomo I, el que es considerado como el mejor restaurante de la ciudad. Desde su salón del hotel Panamericano, en pleno microcentro porteño, las hermanas Ada y Hebe Cóncaro deleitan desde hace años a propios y extranjeros con un inimitable y refinada mixtura de creatividad, originalidad e ingredientes de altísima calidad.
También dentro de un hotel de categoría, el cinco estrellas Alvear Palace Hotel, se destaca el ambiente refinado de La Bourgogne, creación del prestigioso chef francés Jean Paul Bondoux. Un bon vivant que reparte su tiempo entre Punta del Este, Buenos Aires y Mendoza, el lugar elegido para alojar al hermano gemelo de La Bourgogne del Alvear capitalino.
En la ciudad de Mendoza, Diplomatic Park Suites es el marco ideal para la propuesta exquisita y refinada de Jean Paul Bondoux. La carta de La Bourgogne mendocina fue pensada por el prestigioso chef alrededor de los productos mendocinos que deslumbran al mundo entero: el aceite de oliva, los frutos secos y, naturalmente, el buen vino. ¿El resultado? Platos de una exquisita sencillez, fusión perfecta de las cocinas francesa y mediterránea con un toque de tradición cuyana. Una propuesta de alta gama imposible de soslayar por los amantes de la buena cocina.
La Bourgogne mendocina ofrece también menúes fijos y de degustación, así como exquisitas tardes de té, en un ambiente de lujo y serena sofisticación.
Jorge Alberto Guiñazu
Mendoza Turismo






































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