Juegos de casino: dominando a la fiera interior

La ruleta es un juego en el que la banca posee notoria ventaja sobre el apostador. Revertir esa tendencia desfavorable es posible, hasta el punto de que es posible vivir holgadamente de las rentas producidas por el juego. Pero para ello son necesarios mucho trabajo, paciencia y una gran disciplina. Y todo, sin olvidar un detalle fundamental que muchas veces se pasa por alto. La cuestión es la siguiente: en los juegos de casino el apostador ya comienza con la desventaja suficiente; lo último que necesita es tener que lidiar con un enemigo íntimo e inesperado: él mismo.

Sin embargo, es algo que sucede con muchísima frecuencia. Un síndrome que ha sido bautizado como la “adrenalina del juego”. ¿En qué consiste? En esa sensación de frustración que arrastra al jugador que ha perdido una suma importante de vuelta al casino, determinado a no levantarse hasta recuperarla. O, por el contrario, en esa voz interior que estimula al apostador a quedarse en la mesa de juego “un poquito más” tras ganar una suma importante, llevándolo a arriesgar lo conseguido hasta ese momento.

La adrenalina del juego está detrás de las apuestas kamikazes y los riesgos corridos sin fundamento, y pueden llevar a dejar en la mesa de juego enormes sumas de dinero que no deberían haberse arriesgado nunca. La adicción al juego, en realidad, no es más que un caso extremo e incontrolable de este tipo de compulsión.

Para controlar la adrenalina del juego, sin embargo, existen algunas técnicas tan sencillas como eficaces. La más conocida implica fijarse una meta de ganancias deseables por noche y respetarla a rajatabla: una vez conseguida esta meta fijada, el jugador debe levantarse de la mesa y retirarse del casino en forma inmediata. Para quienes este compromiso resulte difícil de cumplir, lo ideal es fijarse una meta no de ganancias sino de tiempo. Jugar una noche 15 minutos, por ejemplo, aumentar luego a 30 y a 1 hora, y ejercitar el autocontrol volviendo a bajar a 30 y 15 minutos periódicamente. Una vez que se logre cumplir exitosamente con las metas fijadas, resulta una excelente idea combinar ambas variables, tiempo y ganancias deseadas. Esta combinación habilita un sinfín de posibilidades que fortalecerán el autocontrol y la relajación  a la hora de apostar en los juegos de casino. Si se logra, por ejemplo, fijarse una meta de tiempo y otra de ganancias y tener la firmeza de retirarse ante la que se cumpla primero es un claro indicador de que estamos en el camino correcto.