Con la entrega de la vivienda no desaparece la deuda hipotecaria
No creo que la propuesta que formuló CIU al Congreso de los Diputados se la creyesen ni ellos, con todos mis respetos a la formación. En el sistema jurídico español el préstamo hipotecario es una deuda personal de su titular y la vivienda una garantía real para el banco.
Si me preguntan si es justo que una familia pierda su casa por no poder pagar la hipoteca, les diré que no. El sistema financiero español, a mi humilde entender, adolece de mecanismos de regulación para evitar situaciones dramáticas que tienen solución. La injsuticia principal del sistema, a mi modo de ver, no es que la deuda no se limite al valor de la vivienda hipotecada; lo injusto es que el banco se la pueda adjudicar en subasta al 50% de tasación.
Pero la solución no es cargarse la seguridad jurídica de una institución como es el préstamo hipotecario. En este caso podríamos decir que “el infierno está empedrado de buenas intenciones“; en términos más económicos, cambiar radicalmente la regulación civil y mercantil del préstamo con garantía hipotecaria provocaría graves efectos perversos, concepto que hace referencia a que una medida aparentemente positiva acaba creando unos efectos indeseados e inesperados. Algunos de los efectos perversos de cambiar la legislación española al sistema de EE.UU. serían:
Colapso del sistema financiero español, al dispararse la morosidad (mucha gente devolvería su vivienda sin pensárselo), incorporar en sus balances activos depreciados y cerrarse definitivamente el mercado internacional a la banca española (hay miles de millones de títulos emitidos con garantía de hipotecas). El derrumbe de la banca puede atraer a algunos, pero no olvidemos que nuestros ahorros y pensiones forman parte de esta institución. Aumento del interés pagado por colocar bonos (y necesitamos financiación si queremos evitar nuestra quiebra como país). Y los intereses los pagamos nosotros y nuestros hijos. Cambio integral del mercado hipotecario, que aumentaría los precios de las hipotecas a niveles inasumibles, haría caer el precio de la vivienda aún más con el consecuente efecto sobre la economía en su conjunto.La lista no acaba aquí, pero se puede intuir unos efectos bastante catastróficos en una medida aparentemente positiva. Un marco jurídico estable que no dependa de la coyuntura económica o política es vital para que los delicados mecanismos económicos funcionen adecuadamente. Los cambios bruscos tienden a quemar el motor.
Gobierno y oposición deben aprobar ayudas y reformas jurídicas que eviten situaciones de injusticia y exclusión social, pero dichas reformas han de incardinarse en un derecho civil que ha funcionado bien desde tiempos inmemoriales ¿o el sistema jurídico de EE.UU. previene de situaciones injustas para los hipotecados, como los famoso robos signatarios?.
Y pactar con la banca medidas coyunturales para que ofrezcan fórmulas que abaraten durante unos años la cuota en determinadas circunstancias (carencias, bonificación del tipo de interés, etc), fomenten la aceptación de la dación en pago (lo que me parece aberrante es que se puedan adjudicar en subasta las viviendas al 50% de tasación), posibilitar que la casa subastada pueda volver a ser alquilada por el que ha perdido la casa y suprimir las cláusulas suelo sin esperar a que el Supremo les obligue.
A mi me parece que el movimiento de CIU no ha sido tan “inocente” como parece (no creo que ni sueños pensaran que se aprobara algo así). No se incluso si ha sido un movimiento pactado con otros partidos para enviar una señal de fuerza a la banca de cara a posteriores negociaciones. Lo que tengo claro es que hay que buscar y aplicar fórmulas que alivien la situaciones de los hipotecados (y antes que ello la de los parados sin prestación), pero no vale montar un circo mediático.
La gente lo está pasando muy mal e iniciativas como esta lo único que hacen es crear falsas esperanzas (falsas y, además, envenenadas). Es mi opinión personal, tal vez no muy popular pero sincera y sin populismo de por medio.

Pau A. Monserrat, Director de contenidos del comparador de bancos iAhorro.com





































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