Cómo Reconquistar A Mi Novio En Pocos Días

Hace poco tiempo mi pareja y yo tuvimos un contratiempo, y nos separamos. A partir de ese mismo momento busqué la forma de averiguar cómo reconquistar a mi novio, hasta dar con algunas ideas muy efectivas, que me permitieron volver a sus brazos, esta vez con algunos datos a mi favor, para no repetir los errores del pasado.

Quiero escribir mi historia para que tú la leas, pues quizás te sirva algo de lo que funcionó para mí en mi camino para saber cómo reconquistar a mi novio. Primero, claro, tuve muchos errores y desaciertos. Pero luego, una vez que calmé mis pensamientos, pude elegir el camino más certero.

Apenas lo vi marcharse por la puerta, comencé a llorar. Y sí, llorar no me ayudó a saber cómo reconquistar a mi novio, pero ciertamente me alivió el dolor, al menos un poco. Lloré y sentí pena, tanto como fuera necesario, buscando el apoyo de mis amigas en este proceso. Cuando eliminé la pena que me cegaba, pude comenzar a averiguar cómo reconquistar a mi novio.

Intenté convertirme en una especie de dadora de amor incondicional, pero lo que resultó de ello fue una serie de actos desesperados. Esta no sería la forma para el cómo reconquistar a mi novio, sino todo lo contrario. Le envié presentes, le envié mensajes, le envié correos, y nada parecía funcionar. Y claro: no funcionaría jamás. Por fortuna, supe detenerme a tiempo.

Y luego me ausenté, intentando olvidarlo y desterrarlo de mi corazón. Ni bien comenzó mi ausencia, volví a sentir el dolor del encuentro con amigos mutuos, que constantemente me hablaban de él. Yo ya no quería saber cómo reconquistar a mi novio, sino cómo olvidarlo para siempre. Y me ausenté cuanto pude, pero nada sería suficiente: en una ciudad tan pequeña, siempre tendría lugares de encuentro.

Pero, para mi sorpresa, esa ausencia fue una solución mágica. Más intentaba yo ser invisible, más encuentros tenía con él. Yo ya no buscaba saber cómo reconquistar a mi novio, pero lo estaba haciendo de todos modos. Ahora entiendo el por qué: ya no tenía desesperación, ya no emitía una energía suficiente para alumbrar un pueblo entero: estaba en calma, intentando seguir mi vida sin él, y eso lo atrajo de una manera indescriptible. Él quería saber qué había sido de mí, provocaba encuentros, hasta comenzó a llamarme. De pronto yo no intentaba averiguar cómo reconquistar a mi novio, pero lo supe. La clave, amiga, está en crear en él la intriga. Y lo demás se resuelve solo.

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