¿Cómo Puedo Reconquistar A Mi Esposo?

Nos conocimos, nos enamoramos, y nos casamos. Después del milagro de la llegada de nuestros hijos, me parece increíble sentir la necesidad de reconquistar a mi esposo. Y es que aquello que tanto nos unió, en una complicidad única, en poco tiempo nos hizo dejar de ser una bella pareja, para convertirnos en socios en la crianza de los niños y en el mantenimiento del hogar. Siento la necesidad de reconquistar a mi esposo, y creo saber cómo comenzar a recorrer este camino.

Cuando llegan los hijos, los matrimonios nos convertimos en padres ante todo. Y esto juega un papel importante en mi camino para reconquistar a mi esposo, ya que debo apelar a la conquista de él como hombre, y de mí como mujer, y no sólo como partes de esta sociedad llamada "paternidad".

Para reconquistar a mi esposo tuve que recuperar la intimidad. La intimidad juntos, y la intimidad conmigo misma. He debido volver a conocerme a mí, ya fuera del papel estelar de madre, y nuevamente como mujer. Así, debo también volver a conocer a mi pareja desde su nuevo rol, y poder así reconquistar a mi esposo en esta nueva etapa.

Debemos volver a definirnos como mujeres independientes, recuperar la sensualidad, recuperar la intimidad y renovar el tiempo juntos. Para recuperar a mi esposo debí planificar una nueva rutina diaria, incluyéndolo, conquistándolo como cuando recién habíamos comenzado a estar juntos.

Debimos volver a establecer las reglas de convivencia, y volver a darnos nuestro lugar protagónico en la vida mutua y compartida. Reconquistar a mi esposo se transformó en la tarea número uno, y yo me convertí, al mismo tiempo, en el centro de su atención tras dialogar seriamente de nuestras necesidades. Pero no fue de la noche a la mañana: nos costó mucho reconocer que debíamos recuperarnos mutuamente.

Y es que no es necesario un alejamiento físico para reconocer la ausencia. Se trata, en cambio, de volver a elegirnos el uno al otro, después de tanto tiempo de mera convivencia en pro de los niños. Debimos reconocer que nuestras situaciones ya no eran las mismas, y que habíamos perdido mucho de nuestra mutua comprensión e intimidad. Hablar de ello fue el primer paso, y el más certero. Sólo después de ser claros y honestos, lo logramos. Después de ser claros y honestos, lo logramos. Y pude así reconquistar a mi esposo para volver a ser uno, él y yo, ante la vida. Y te lo recomiendo también a ti, ¡es maravilloso!

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