Vender: un verbo que todos debemos conjugar (Parte 1)
Leer la tercera parte
El presidente de la asamblea oprimió con su mano derecha el botón situado sobre el escritorio y de inmediato se escuchó un ruido como el que producen los timbres externos de las casas. El murmullo causado por la conversación de todos los grupitos bajó en su intensidad y poco a poco los presentes pasaron a ocupar los asientos vacíos en donde habían dejado bolsos, carpetas y teléfonos celulares.
Solo quedaban algunas personas en los pasillos y los concurrentes que se despachaban el último café antes de concentrarse en la reunión. Otros aprovechaban para saludar a los amigos de las viejas épocas o para resolver asuntos aplazados por los afanes del tiempo.
Fue necesario que el presidente tocara el botón por segunda vez para que todos tomaran sus respectivos lugares. Aun así dos de los asistentes ambos hombres, ambos de mediana edad, continuaron sin prisa su animada conversación.
Ya en las sillas, los saludos y las charlas continuaron su curso. Una señora bajita de contextura gruesa buscaba desesperadamente su estilógrafo nuevo; lo había dejado en su silla antes de ir por un vaso con agua. Nadie en su fila lo tenía, tal como se lo hicieron saber tras las prolongadas consultas que hizo con sus vecinos de los cuatros puntos cardinales. Buscaba su lapicero sin importarle que estuviera aplazando el inicio de la reunión.
El presidente volvió pulsar el botón y, ahora sí, la calma reinó en el recinto. El silencio solo fue interrumpido por el cheque de un vaso desechable contra el piso y por el sonido de una silla plástica cuando era rodada hacia delante.
Media hora después de lo anunciado, todo el mundo estaba listo para el esperado inicio.
- Nos encontramos aquí reunidos, comenzó diciendo el presidente, para llevar a cabo la primera asamblea de Unión de los No Vendedores. Somos personas de todo el mundo, oprimidos por el sistema, perseguidos por las circunstancias, agobiados por la adversidad. Quiero darles mi saludo solidario y agradecerles su asistencia en este importante evento. A continuación, el secretario expondrá ante ustedes los objetivos de la reunión así como los grandes propósitos de nuestra futura asociación. Adelante, señor secretario.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso escritor y periodista ítalo-colombiano quien además ejerce la docencia en varias universidades. Es autor de cuatro libros sobre ética y liderazgo y figura en tres antologías de autores colombianos. Contáctelo al cel. 300 8055526 o al correo alejandrorutto@gmail.com. Lea sus escritos en MAICAO AL DÍA, página en la cual usted encontrará escritos, crónicas y piezas hermosas de la literatura colombiana.

Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?

Muy realista, las buenas ideas no se comercializan solo por ser buenas. Detras hay algyuien que sabe como venderla. No solo los doctores e ingenieros son profesionales, la unica diferencia es que muchos profesionales creen que vender una idea es algo simple, que pueden hacer por si mismos y ahorrarse mucho dinero. Asi es como una idea maravillosa termina en la papelera, porque el profesional ideologo de algo que todos desean tener se ahorro unos dineros y no contrato al profesional que podia ayudarlo a vender esa idea.





































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