Los problemas de la profesión de arquitecto
Esta semana pasada estuve leyendo el informe sobre el estado de la profesión del arquitecto, que edita todo los años en Octubre el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.
La lectura del documento es muy reveladora, acerca de los problemas que nos afectan, o mejor dicho, que pensamos que nos afectan, ya que se trata de los resultados de una encuesta realizada sobre un muestreo de la profesión.
¿Pero cuales son esos problemas? Fundamentalmente tres:
- Falta de encargos
- Desempleo
- Excesivo número de titulados (mercado saturado)
Más adelante, analizan otros problemas asociados con el sector que nos movemos, el inmobiliario y de la construcción:
- Concentración empresarial
- Pérdida de relevancia de la profesión liberal
- Hegemonía de los criterios exclusivamente de rentabilidad
Sensación de que al arquitecto se le exige demasiada responsabilidad frente a la limitación para tomar muchas decisiones.
Por útlimo describen las amenazas de la profesión:
- Falta de estrategias que involucren a todo el sector de la construcción
- Desacoplamiento de los honorarios obtenidos del Presupuesto de Ejecución Material
- Ausencia de nuevas formas de añadir valor para capturar valor.
- Rechazo de la ecuación más productos en menos tiempo igual a más beneficios, frente a más tiempo en el diseño igual a más ahorro a lo largo de la vida del edificio y mejor calidad de sus de vida habitantes.
- Atención al ciclo vital del entorno edificado, incluido su desmantelamiento.
Desde luego el panorama es aterrador, pero como técnicos superiores que somos, debemos ser capaces de afrontar estos nuevos retos y aportar soluciones, trasladar a la sociedad nuestros saber hacer, optando por una reconversión de la profesión que haga frente, desde la profesionalidad y el buen hacer, a todos estos problemas.
Debemos afrontar juntos estos problemas, y digo juntos, porque cada vez parece más evidente que los colegios profesionales, están abocados a su desaparición tal como los conocemos hoy si no dejan de ser centros de promoción personal de sus directivos, con aspiraciones políticas o no y pasan a ser nuestros verdaderos valedores, que promocionen y defiendan la labor y profesionalidad del arquitecto y transmitan realmente esos valores a la sociedad.
Pero esta labor la tienen que hacer con nosotros, los arquitectos y no con nuestro apoyo testimonial y corporativo sino con nuestra participación activa y con nuestra militancia activa.
Desde esa participación activa y de apoyo al conjunto de la profesión, hago llegar estas líneas con algunas posibles soluciones, que desde mi modesta opinión podemos poner en marcha ya. no debemos dejar de ser técnicos, pero debemos a empezar a ser un poco más empresarios, y desde la perspectiva empresarial debemos hacer frente a estos tres problemas que todos detectamos: falta de encargos, desempleo y excesivo número de titulados.

Matias Baixauli - Director de QualitARQ.com





































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