Los potitos ecológicos, una opción a la fruta , alimentación ecológica

Es sabido que los pequeños comienzan a mostrar su personalidad desde el mismísimo momento de su nacimiento. También sabemos que es necesario brindarles una alimentación variada, sana, y natural, más allá de los gustos personales de cada uno. La dificultad radica en que muchos niños no aman comer frutas y vegetales. Sin embargo es una necesidad imperiosa incluir este grupo alimentario dentro de la dieta de los pequeños. Pues, ¿Cómo lograrlo? Los potitos ecológicos son la respuesta.

Se trata de preparados en base estrictamente a vegetales, legumbres, frutas y verduras sin el agregado de ningún otro ingrediente, vale decir sin conservantes, aditivos, espesantes, azúcar o sal de ningún tipo. No sólo es esta la causa de que sean tan saludables y que se hayan convertido en una opción indicada para el primer año de vida. Otra ventaja importantísima es que su elaboración se basa en el empleo de productos ecológicos, o sea cultivos para los cuales no se emplean pesticidas ni agregados químicos.

Los potitos ecológicos son ideales para aquellos niños que presentan problemas de alergia, ya que la ausencia de agregados químicos desde la misma materia prima, hasta los elementos empleados en su elaboración garantizan la máxima tolerancia. Además, son sumamente prácticos. Ya sabemos que movilizarse con un infante es sumamente complicado: bolsos, carrito, y todo tipo de objetos son necesarios para garantizar el bienestar de la criatura. ¿Para qué agregar más peso? Un potito ecológico reemplazará perfectamente la fruta o la verdura, sin necesidad de lavado, cocción, o presentación. No es necesario estar lavando vajilla luego de consumirlo, lo cual lo hace la opción ideal cuando se viaja con el bebé.

El empleo de los potitos ecológicos ha comenzado imponerse, a medida que los estados encaran nuevas políticas de alimentación ecológica y producción ecológica de cultivos. La realidad es que a largo plazo, el consumo de potitos ecológicos redundará en una mejor calidad de vida para toda la población, al disminuir los riesgos de alergias, o intolerancias que la comida procesada puede llegar a presentar.