Nos espera una larga travesía
Ernesto Fernández Ambit, Director de Desarrollo de GPO, nos hace una reflexión desde las páginas de la revista Project Management del Grupo Vía, de cómo están afrontando las empresas de PM estos tiempos de crisis y si realmente actuaron correctamente en la decada prodigiosa de la construcción.
Se atribuye al genial dibujante y humorista, Antonio Mingote, la demoledora y muy conocida frase que reza de esta manera: “Un Pesimista es un Optimista bien informado”. Al margen de la causticidad que destila el mensaje, propia de una mente tan brillante como la del referido humorista, su lectura debería movernos a una profunda reflexión crítica sobre nuestro querido sector del Project Management, para tratar de saber si, en la actual coyuntura de mercado, debemos ser Optimistas o Pesimistas, pero en todo caso para llegar a la conclusión de que estamos bien informados, conclusión que, en estos momentos no resultaría tan obvia.
Una rápida observación de los sucesos acaecidos en estos últimos años, nos podrían llevar a caer en un pesimismo generalizado pero poco reflexionado. Pensemos que durante “La Década Prodigiosa” del sector inmobiliario el Project Management apenas superó un coeficiente de penetración del 5 % del total del mercado de edificación, es decir sólo uno de cada 20 proyectos de edificación se desarrolló con la intervención de un Project Manager, y que esto fue así en un momento en el que reinaba la alegría generalizada, no exenta de descontrol, en el que los costes no eran una preocupación fundamental y en el que las empresas inmobiliarias preferían, en general, externalizar todos los servicios. Sin olvidar que el esfuerzo inversor de las Administraciones Públicas fue muy alto en esos años.
Este análisis del pasado, proyectado a una situación de mercado en la que el sector inmobiliario lucha por salir a flote en unas aguas muy pantanosas, no es el que plantea el escenario más optimista sobre el futuro de nuestra actividad de Project Managers. Sin embargo, y retornando a la frase de Antonio Mingote, llegar a este escenario pesimista no se correspondería con un planteamiento optimista, trufado de una buena información. Bien al contrario, se trataría de una reacción basada en, ciertamente muchos datos, pero sin un análisis racional y desde luego a una endémica falta de información.
La actividad de Project Management, en general, y la profesión de Project Manager, en particular se encuentra en este momento ante una gran encrucijada y mi impresión personal es que carecemos de un análisis serio, sereno y riguroso de dónde estábamos en el año 1997, cómo hemos evolucionado durante estos 10 años de continuo crecimiento -que he venido en denominar “Década Prodigiosa”- y cómo nos encontramos en el momento actual.
Es más, me atrevería a afirmar que ante una situación de crisis generalizada, nos hemos lanzado todos, sin excepción, a una loca carrera hacia ninguna parte, proclamando a los cuatro vientos que todos sabemos hacer todo, que somos los más baratos del mundo, que tenemos las “formulas magistrales” para resolver los problemas del mercado inmobiliario y que la única solución que tienen las Entidades Financieras es confiar en nosotros ciegamente y poner sus activos en nuestras manos porque “sabemos todo lo que necesitan”.
Por ello, y desde el sólido convencimiento de que es imprescindible este análisis, porque si no, no vamos a ser capaces de elegir el camino correcto en la encrucijada en la que nos encontramos, que nos lleve a nuestro particular ELDORADO, tendremos que, aplicando a la inversa la frase de Mingote, moderar nuestro pesimismo, con unas grandes dosis de información para terminar siendo realistas, que no pesimistas ni optimistas.
Quisiera, por tanto, tratar de provocar el comienzo de este proceso de información y para ello, desearía aprovechar esta Tribuna que, amablemente me brinda Grupo Vía, para plantear algunas preguntas a las que deberemos respondernos nosotros mismos de modo que las respuestas, todas ellas valiosas, una vez puestas en común, nos sirvan para elaborar una Hoja de Ruta, según terminología al uso, que nos permita decidir el camino a tomar y nos ayude y guie durante la larga travesía que nos espera. Las 5 preguntas que, inicialmente, planteo al sector y que podrán ser ampliadas, matizadas y desde luego mejoradas por mis expertos colegas serían las siguientes:
1. ¿Hemos recapacitado los Project Managers sobre los errores que hemos cometido durante el periodo de gran crecimiento del Sector Inmobiliario abruptamente finalizado en el año 2007?
2. ¿Seguimos pensando que somos imprescindibles para un buen funcionamiento de una Promoción Inmobiliaria, y que somos únicos y perfectos o estamos dispuestos a admitir que hay otros modelo posibles y que es posible convivir con estos otros modelos?
3. ¿Consideramos que hemos sido capaces de transmitir al mercado un mensaje unitario de lo que hacemos, para qué servimos y cuál es el valor que añadimos a los proyectos?
4. ¿Hemos sido siempre honestos con los clientes y les hemos aconsejado del modo más conveniente para sus intereses o por el contrario hemos actuado pensando en nuestro beneficio a corto plazo?
5. ¿Cuando nos quejamos de la feroz competencia existente en el Sector, analizamos fríamente qué hacemos nosotros, o solamente pensamos en lo que hacen el resto de nuestros competidores?
Es evidente que pueden existir muchas más preguntas, y que existen múltiples respuestas, todas valiosas y útiles. Mi propuesta fundamental no es si deben ser éstas u otras preguntas ni prejuzgar cuáles son las respuestas sino que tratemos de dar comienzo a este proceso de catarsis por éste u otro método, pero en cualquier caso que lo comencemos y que además lo terminemos rápido.
De este modo, estaremos en el buen camino porque podremos ser realistas y además estaremos bien informados, de lo que de verdad podemos ofrecer a nuestros clientes, lo que necesariamente nos llevará a alcanzar el éxito final.

Matias Baixauli - Director de QualitARQ.com





































Registro automático