Proponen crear un Icfes para indígenas
La misma que llega a manos de alumnos en Bogotá, Medellín o Barranquilla.Una de las preguntas del área de sociales dice lo siguiente: "Uno de los problemas que afronta la planeación urbana frente al manejo y distribución del agua potable es el crecimiento desordenado de la ciudad. Esto implica sobrecostos en el suministro de los servicios para los asentamientos ubicados fuera de la red de servicios, frente a esta problemática usted propondría soluciones como...".
Lo que sigue a continuación es un listado de cuatro opciones, entre las que se menciona "el empalme de los proyectos de expansión urbana a largo plazo", "la reubicación de asentamientos periféricos", "el desplazamiento de los habitantes hacia otra ciudad" y "la concesión del servicio de acueducto y alcantarillado a empresas privadas".Es probable que el adolescente piaroa nunca haya visitado una ciudad, mucho menos que comprenda el concepto de asentamientos periféricos o agua potable. Mientras otros estudiantes colombianos siguen respondiendo las preguntas del examen, él quizás se distraiga imaginando qué significa eso de "redes de servicios". Pensando en este tipo de dificultades a las que se enfrentan los estudiantes indígenas, un grupo de organizaciones civiles está proponiendo adaptar el Examen de Estado a las particularidades de los distintos pueblos que habitan en el territorio nacional. Según el último censo, en Colombia la población indígena asciende a 1'378.884 personas, distribuidas en 87 pueblos, dueños de 710 resguardos. Miguel Lobo-Guerrero, director de la Fundación Etnollano, es uno de los promotores de la idea. Dice que el país ha avanzado en el diseño de proyectos etnoeducativos para cada comunidad, pero a la hora de evaluar siguen primando los valores de una educación occidental. Para octubre de este año, la fundación prepara un foro que tiene el objetivo de discutir el tema junto a la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el Ministerio de Cultura, el Icfes, entre otras organizaciones.Lobo-Guerrero sabe que se trata de una idea polémica y que no será fácil llevarla a cabo en el corto plazo. Sin embargo, insiste en que es importante dar pasos en este sentido para ofrecer más equidad a los jóvenes indígenas. Hilber Humege, indígena del pueblo Sáliva, del departamento de Casanare, y quien se desempeña como vocero de la ONIC apoya la iniciativa: "En diferentes mesas y escenarios hemos propuesto que el Icfes tenga en cuenta los desarrollos de la educación propia en los pueblos indígenas". En su opinión, la prueba del Icfes que se aplica al final del bachillerato debería valorar los procesos etnoeducativos que se vienen implementando en algunos pueblos. Al respecto, recuerda una discusión similar en la que se pidió evaluar a los profesores designados a las comunidades con parámetros distintos a los maestros convencionales.
Para Jon Landaburu, uno de los más destacados lingüistas de América Latina y quien hasta hace poco se desempeñó como director del Programa de Protección a las Lenguas Nativas del Ministerio de Cultura, el Icfes para indígenas "es un reto muy grande, de equidad y de proyección hacia el futuro". Pero no duda en reconocer que se trata de un camino lleno de obstáculos. "La principal dificultad es la implementación y el desarrollo de mecanismos precisos para evaluar la aptitud de la persona. Como todas estas cosas han estado por fuera del circuito formal, es una construcción por hacer", comenta Landaburu. El bilingüismo (español y una lengua indígena) que caracteriza a la mayoría de estos estudiantes es uno de los temas a evaluar para los defensores de la propuesta. "La mayoría de los estudiantes colombianos son monolingües, en cambio, la mayoría de estos jóvenes indígenas dominan dos y hasta tres lenguas. Eso debería tener algún reconocimiento a la hora de evaluar", propone Elsy Bonilla, decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes de la Universidad Central. "Es un desafío fascinante", concluye la académica. Un Icfes para los jóvenes indígenas es una idea que en criterio de Mónica López, directora de Calidad del Viceministerio de Educación Preescolar, Básica y Media, riñe con el propósito fundamental de la prueba, que es medir unos conocimientos generales que deben compartir todos los estudiantes del país independientemente de su origen socioeconómico o étnico. "Hay algo viciado al pensar que porque existe una diferencia cultural los aprendizajes básicos deberían ser distintos", explica López. Reconoce que no existen datos precisos del desempeño que están obteniendo en las pruebas los jóvenes procedentes de comunidades indígenas. La funcionaria señala que el país ha avanzado en la implementación de proyectos etnoeducativos y ya se está pensando en ajustar algunos contextos de las preguntas que se realizan en el Examen de Estado para facilitar la comprensión de todos los niños. Aunque no considera que se deba crear una prueba exclusiva para indígenas, sí cree que es viable añadir un componente electivo a la prueba en el que se evalúen algunos contenidos propios de las comunidades. Julián Mariño, director de Evaluación del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, Icfes, está a la expectativa de lo que se discuta en el seminario de octubre sobre Enseñanza de Lenguas y Sistemas de Evaluación: "Esperamos poder examinar alternativas viables de evaluación de la enseñanza de lenguas indígenas, pero no se ha considerado hasta ahora la posibilidad de realizar adaptaciones especiales del examen de Estado de grado 11 para poblaciones indígenas".
Tomado de: El Espectador

Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com





































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