Tu educación está solucionada: ve telenovelas
Todavía en auténtico “shock” después de lo armado por nuestro laureado Secretario de Educación en México, Alonso Lujambio para agradecer a la televisión, específicamente a algunas telenovelas, por ser “promotores de la educación”.
Hay que aceptar lo ventajoso del asunto: ¿Cuánto tienes que pagar en inscripciones por ver telenovelas? Solo necesitas hacer una bolsa de palomitas, sentar a tus hijos frente a la TV e ir preparando tu discurso para padre del año.
Quiero aclarar que no soy una persona muy “políticamente educada” y que hasta hace poco ni siquiera sabía quién era el secretario de educación.
Después de varios años de ver a políticos, nacionales y extranjeros, decir cosas realmente increíbles por televisión (y no increíblemente buenas, quiero aclarar…), aún me maravilla la capacidad para ganarle a sus antecesores en decir y hacer mensadas.
Porque premiar a una televisora y sus telenovelas por “promover la educación” es una cosa, pero cuando eso viene del Señor Secretario de Educación (que en lengua muerta significa “Aquel señor que se encarga de la educación de todo un país”), es realmente algo para reír, llorar o maniobrar una combinación de ambas.
Ante esto recuerdo una frase que leí por ahí: “Por eso Dios nos dios dos oídos para escuchar y una boca, solo una, para callarnos”.
Hace unos días pocos hubieran podido nombrar al secretario de educación. Hoy en día, es otro personaje tristemente célebre.
¿Era tan difícil quedarse callado? Si ya tenemos uno de los peores lugares en educación (sí, todavía tenemos ese honor) a nivel mundial, ¿es necesario decirle al mundo que nuestro principal educador piensa que parte de la solución es ver telenovelas?
Ante esta situación muchos dicen que se queden las cosas así. A fin de cuentas, el tipo ese es un político y se espera que diga cosas extravagantes.
El problema es que, como segundo de nuestro presidente, lo que él dice habla por nosotros. Nos guste o no, cada uno de estos personajes nos representa porque, directa o indirectamente, nosotros lo pusimos ahí.
En películas, series y caricaturas se nos presenta a los mexicanos como unos ensarapados, recargados en una pared y tapándonos la cabeza con el sombrero para que el sol no interrumpa nuestra siesta.
Muchos han sido los que se han quejado y han protestado por esta imagen y estereotipo. Tal vez ahora esos que nos insultaron con semejante imagen tengan que cambiarla… por un ensarapado viendo televisión.
No sé exactamente que quiso hacer éste señor pero sé que será recordado por mucha gente por un buen tiempo. Según algunos puede ser un “presidenciable” para el 2012. Puede que se esté dando a conocer.
¿Quién sabe? Tal vez los “talk shows” y las telenovelas de la tarde tengan más resultado que las escuelas públicas que tantas decepciones han causado en éste país.
Soluciones hay muchas. Solo hay que tener la mente abierta. Mientras, a las 4 hay que tener lista la libreta de apuntes para empezar la verdadera educación por tu canal favorito…
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