Vacaciones en Mendoza inolvidables: escalando el Aconcagua
Qué mejor experiencia para losque disfrutan del turismo aventura que unas vacaciones en Mendoza con una escalada al cerro Aconcagua incluida. El pico más alto del continente, es parte de lo que se conoce como la cordillera de los Andes central. Con casi 7000 m de altura, es casi 2000 m más alto que el resto de los cerros del lugar. A pesar de lo que pueda creerse, a pesar de ser apenas unos cientos de metros más bajo que el Himalaya, la escalada al cerro Aconcagua no es una empresa complejo desde el punto de vista técnico. Sólo es necesario estar en perfecto estado físico, y haber hecho la aclimatación de rigor con la finalidad de no sufrir los desagradables efectos del apunamiento, un fenómeno que se debe a la baja densidad del aire en alturas superiores a los 2000 m.
La ruta tradicional, sobre todo para los que recién comienzan parte del Puente del Inca, que además es la entrada al parque nacional Aconcagua. Toda la región se halla muy señalizada y con respaldo permanente de guardaparques. En su lugar, lo que se le pide a los visitantes es tener el mayor cuidado para no producir contaminación. De hecho, al iniciar la expedición se les entregan bolsas de nailon a los visitantes para que junten sus desechos y no perjudique el medio ambiente.
Plaza Francia es el nombre del primer campamento que todos los que inician esta aventura encontrarán. Está ubicado a 4100 m sobre el nivel del mar, es un sitio surcado por gran cantidad de arroyos y vientos suaves, por lo que acampar aquí será muy sencillo. Está a 26 km de Puente del Inca, trayecto durante el cual se recorren unos 1400 m de desnivel. Desde aquí, los expedicionarios suelen detenerse en Confluencia, un campamento a mitad de distancia, para pernoctar.
Plaza de Mulas es el primer campamento en el cerro Aconcagua propiamente dicho. Queda a 4260 m sobre el nivel del mar. Aquí hay helipuerto y agua potable. Por lo general es en donde se realiza la aclimatación a las condiciones extremas de los Andes. A partir este momento es imprescindible tomar al pie de la letra las indicaciones de los guías, ya que, a pesar de ser una escalada sencilla, la montaña siempre es traicionera y es necesario respetar a rajatabla los horarios propuestos, para evitar que la noche sorprenda a los aventureros en un sitio desfavorable. Sin dudas, unas vacaciones en Mendoza memorables que invitan a realizar un desafío contra la naturaleza y los propios límites personales.






































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