Las consecuencias de la crisis griega
Cada día nos llegan nuevas noticias acerca de la dramática situación de la economía griega, la preocupación entre los estamentos económicos europeos es muy evidente pues están haciendo todo lo posible para evitar una quiebra de Grecia con funestas consecuencias para la economía de la Unión Europea. Así pues, el peligro más directo va a ser salvado con la inyección inmediata de 12.000 millones de euros por parte del FMI y la UE para que se pueda hacer frente a las obligaciones del mes de julio, un pago que forma parte del primer paquete de ayudas ya pactado. Asimismo, un segundo paquete ya va en camino después de que Alemania y Francia hayan accedido a la peticiones de los demás países miembros para que se permita a inversores privados participar de "manera voluntaria" en las ayudas para este segundo plan.
Todos estos problemas afectan de especial manera a la confianza de los mercados en los países más débiles como son Portugal, Irlanda o España. Esta falta de confianza se traduce con repuntes en el precio de la deuda soberana de los países dificultando el acceso a financiación externa por parte de los gobiernos más necesitados para poder atender sus obligaciones.
Otra consecuencia directa es el cambio en las reglas del juego a la hora de pertenecer a la Unión Europea pues se quiere instaurar un nuevo sistema de sanciones para aquellos estados miembros que no cumplan con las normas dictadas. El pasado 15 de marzo ya se estableció un acuerdo provisional para sancionar hasta el 0,2% del PIB, en el caso de España sería una multa de 2.000 millones de euros, casi nada... Y aún así hay quien encuentra el modelo insuficiente y reclama medidas más estrictas, como el BCE que avisa que estos cambios no son suficientes para prevenir futuras crisis.
La crisis griega también afecta al sector privado, las Bolsas se ven envueltas en una espiral de subidas y bajadas constantes, cualquier rumor o noticia es motivo suficiente para que los índices bursátiles sufran bruscas variaciones. Y esta situación no es la ideal para el capital y los inversores para quienes la estabilidad es esencial para generar confianza.
Igual que los estados, también la banca se ve afectada por esta situación, tienen muchas dificultades para obtener recursos y se ven obligadas a acudir al BCE para obtener liquidez. Así pues, en el caso de España, las entidades financieras por segundo mes consecutivo han vuelto a aumentar sus peticiones de dinero líquido al BCE, un 26% más o lo que equivale a 53.000 millones de euros, la segunda cifra más alta en lo que va de año.
Ante todo esto es evidente que aún queda un largo trecho por recorrer para empezar a salir de esta dichosa crisis...
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