Encontrar pareja: el mito del alma gemela
De repente un día te levantas de buen humor decidida/o y optimista en qué vas a encontrar a tu alma gemela, esa persona para la que te has estado preparando tantos años y con la que tanto has soñado compartir tu vida. Y sucede, encuentras a tu alma gemela y repentinamente tus conflictos existenciales se resuelven, obtienes todo el cariño, afecto, ternura y reconocimiento que no te dieron en la infancia, te aporta seguridad y confianza y con ella te sientes, finalmente, realizada/o. ¡Qué bien, tu vida cobra sentido! Si antes no conociste a tu alma gemela fue porque simplemente ésta no había aparecido todavía.
Suena grandilocuente y, sinceramente, difícil de creer si hacemos una breve reflexión. No obstante, en nuestra cultura todavía permanece vigente la idea de que en algún lugar hay una ‘alma gemela’ a la nuestra o una ‘media naranja’ que nos complemente. La terminología puede ser variada pero el concepto parece converger en el de una persona con la que establecemos una simbiosis perfecta y que automáticamente suple nuestras necesidades.
El origen de la idea ‘alma gemela’ se atribuye a la obra ‘El banquete’ de Platón en la que se describe como Zeus, Dios del Olimpo, castiga a los seres andróginos, seres dobles y decide dividirlos en dos mitades escindidas que continuamente buscan a su mitad complementaria.
Parece evidente que de alguna forma, en mayor o menor grado, esta ideología sigue vigente en nuestra forma de pensar actual en cuanto a encontrar pareja. Pero este enfoque trae de por sí algunas ideas que nos dificultan el empezar una relación sana y equilibrada. Vamos a desglosar por encima un par de ellos:
El hecho de que exista una sola alma gemela no contempla que como personas continuamente estamos cambiando, creciendo, aprendiendo y evolucionando. Visto así, parece difícil creer que en nuestra Vida sólo habrá una única persona con la que sentiremos una conexión especial y profunda.
A medida que ampliamos nuestras experiencias vitales y cuantas más personas nos aventuramos a ir conociendo en nuestra vida, más probabilidades tenemos de encontrar otras personas con las que sintamos hay una buena conexión o ‘feeling’ en ese momento y con cuya interacción nos enriquecemos. Y puesto que estamos continuamente cambiando (por poco que cambie una persona, su forma de pensar y razonar y su actitud ante la vida no es la misma que cuando tenía 14, 15 ó 16 años), uno no conecta con las mismas personas ahora que cuando era adolescente.
El concepto ‘alma gemela’ puede llevar implícita la dependencia afectiva; suponer que hay otra persona que nos complementa y sin la cual nuestra vida no tiene un sentido completo nos lleva a tener que necesitar de esa relación. Entonces, esa relación ya no es una relación sana basada en la decisión de elegir compartir parte de nuestra vida con otra persona y desde el deseo generoso de dar y recibir, para enriquecernos y sumar a lo que ya somos como individuos.
Una relación de pareja no nace al instante por muy compatibles que seamos con la otra persona y por muy cercanos y cómodos que nos sintamos con ella hasta el punto de sentir que tiene que ser nuestra alma gemela, sino que la vamos construyendo día a día, manteniendo el diálogo abierto, estando abiertos a negociar las diferencias que irán surgiendo, aprendiendo a ser resolutivos, cultivando nuestra paciencia y teniendo claro que somos dos seres individuales, cada uno con su espacio vital, sus amistades, su familia y sus propios objetivos y metas que han decidido acercarse para sumar a lo que cada uno ya es por individual.
Por ello, a la hora de buscar pareja en internet, por una parte es bueno procurar ser realistas dentro de nuestras preferencias y afinidades, de lo contrario podemos acabar eternizando la búsqueda. Hacer una lista de aquellas cualidades que buscamos en nuestra potencial pareja puede ayudarnos a concretar qué perfil de persona queremos encontrar y, a la vez, también es útil redactar otra lista con las cualidades que creemos tener. Este sencillo ejercicio nos va ayudar a concretar y a esclarecer qué perfiles de personas, a priori, parecen compatibles con el nuestro.
Y, por otra parte, es bueno tener presente que habrá no solamente una sino varias personas con las que compartiremos afinidades y con las que podríamos establecer una buena conexión. Piénsalo de la siguiente manera; quizás no haya una sola alma gemela allí fuera para tí sino varias almas gemelas o, por lo menos, almas compañeras.
En esta búsqueda por Internet, te será útil no centrarte exclusivamente en una determinada persona si ésta no parece estar interesada en tí. Afortunadamente, habrá muchas otras personas con un perfil parecido al tuyo y con las que podrías empezar una buena relación.
Como todo en la vida, se trata de una creación continua, de un proyecto inacabado. Un hombre o una mujer nos parecerán ideales en un primer momento, especialmente cuando nos enamoramos, pero con el tiempo iremos conociendo otras facetas de esta persona que no nos van a agradar tanto y con las que puede surgir conflicto y son estas desavenencias las que nos permiten madurar a través de la experiencia. Además, dado que nosotros mismos iremos cambiando y evolucionando con el tiempo es lógico suponer que el perfil de personas con las que compatibilizaremos va a variar con los años.

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