Cómo enfrentar los problemas con el jefe
Tener un fastidioso jefe es uno de los peores malestares cotidianos. Pareciera como si no hubiera soluciones posibles. Por mucho que nos esforzamos en hacer las cosas bien, ahí está el tipo. Es un verdadero perfeccionista, o será que solo lo hace por fastidiar.
Antes, cuando yo pensaba viajar, instalarme en un nuevo lugar o cambiar de trabajo no pensaba en todas las cosas. Me centraba en el lugar en sí, en lo cómodo que podía ser, en lo aireado, en lo bello… Pero con el tiempo aprendí que estaba dejando fuera una de las variables más importantes. Para sentirse bien o mal en cualquier lugar decide: la gente del lugar.
Imagínate vivir en un lindo apartamento pero rodeado de vecinos inaguantables. Algo así es el jefe que no sale de nuestra oficina. O que nos manda a buscar cada cinco minutos. O que en cualquier reunión nos hace críticas públicas sin ninguna compasión. Es el sujeto para el que parece que nada queda bien. Siempre encuentra algún defecto. O siempre encuentra la peor tarea o encargo para asignar no a otros, sino a nosotros.
Es entonces cuando nosotros aplicamos las estrategias que nos han enseñado. Después de todo, hemos leído muchísimo y hasta sabemos de Psicología. Por eso pudiéramos empezar negando el problema.
Ya que en algún lugar leímos que los problemas no son más que un asunto de interpretación. Decimos esto no es más que “una oportunidad que nos están dando de hacer mejor las cosas”. O pudiéramos intentar con “se trata de una prueba que me están poniendo y que solo puede ser beneficiosa para mi crecimiento personal”. En fin, no hay ningún problema, todo es un asunto de cómo yo quiera verlo.
Pero el tipo sigue ahí. Se comporta tan insoportable como siempre o aun peor. Si esto es una “oportunidad de que yo aprenda hacer mejor las cosas” me gustaría otro método. Incluso pudiera regalar bondadosamente esta “oportunidad” a otra persona. Sigues sufriendo con los maltratos del jefecillo.
A lo mejor es preferible verlo como “una prueba”. Pero caramba, ya la “prueba” se nos está tornando más que excesiva. Siempre nos sentimos a punto de reprobar ese tipo de exámenes. Y por mucha estrategia psicológica de negar el problema, el malestar espiritual que genera trabajar con alguien así, sigue en pie y creciendo.
Estrategias más efectivas que racionalizar y negar la realidad pueden ser cualesquiera. Pero veamos algunos ejemplos:
Acepta ante ti mismo que no estás a gusto. Querer negarlo es hundir en nuestro inconsciente todo el malestar. Y de una manera u otra será peor el remedio que la enfermedad.Supérate en tu trabajo y también como persona. Así dejarás menor cantidad de puntos donde tu trabajo pueda ser criticable.Prepárate con antelación para cualquier supervisión que vayas a recibir. Trata de hacerlo todo lo mejor que tú puedas, tenlo todo en orden en la medida de tus posibilidades.Señala los puntos fuertes que sabes tiene tu trabajo, pero sé el primero en señalar tu insatisfacción con los resultados. Compite con su perfeccionismo. Sé más crítico con tu trabajo que él mismo. Sé el primero en encontrar puntos que puedas mejorar.No te pongas a la defensiva. No lo tomes como algo personal sino solo como una cuestión de trabajo. De lo contrario se pondría más escabrosa la comunicación con el jefe.Independientemente de todo tu talento, no te presentes como alguien que pueda competir con él. Sería dañino que te viera como una amenaza a su prestigio o su posición. En eso debes ser cuidadoso.Nunca olvides que lo que más te importa es, primero, ganar tu propio dinero. Y segundo, hacer bien tu trabajo. No pierdas ese guión. Mientras tanto habrá que soportar a los jefecillos.
La única forma de prescindir de ellos sería realizando una actividad económica por cuenta propia. A no ser en Internet, es bastante difícil. Y la mayoría de las veces solo representaría una entrada de dinero extra. Por eso no es aconsejable que descuides tu empleo. De él dependen tú y tu propia familia. Y ambos están muy por encima de cualquier jefecito.
Otras Lecturas Recomendadas:
Tus Oportunidades de Ganar Dinero con Internet
Sutilezas para Excitar Mujeres
Técnicas Psicológicas de Defensa Personal (I)
Para Recordar Mejor lo Estudiado
Alejandro Capdevila
Registro automático