Dale visibilidad a tu negocio con unas camisetas exclusivas
¿Qué transmite un nombre? Pues todo. Si pensamos en cómo se usan las camisetas en el negocio del marketing lo veremos muy claro. Las camisetas estampadas le gustan a todo el mundo, no sólo porque son muy cómodas, sino porque se convierten en vallas publicitarias andantes, aceptadas en casi todas partes. Si alguien lleva una camiseta estampada y otras personas se fijan, el interés se dispara. Cualquier profesional de los negocios inteligente sabe que no hay mejor publicidad que el boca a boca, y que el medio más eficaz para transmitir un mensaje bajo su control, aparte de las tarjetas de visita, son las camisetas personalizadas. Al artista que llevamos todos dentro se le hace la boca agua con solo pensar en las camisetas como en un lienzo en blanco. Un mensaje eficaz puede ser minúsculo y discreto, pero también claro y contundente, aprovechando todo el sitio disponible; hasta podemos aprovechar las mangas de las camisetas largas. El efecto de llamada de la atención de quien las lleve puestas es igual de poderoso que la necesidad innata que tiene el observador de “echar un ojo” a ver qué pone ahí. En muchos casos, cuanto más intrigante sea el diseño, más crece la curiosidad de quienes lo miran. Ya sea por nacionalismo, por querer transmitir un mensaje personal o porque una tienda local quiere que su marca destaque, hay algo muy potente en las camisetas personalizadas, una chispa que no tienen otros medios publicitarios. Cuando dos poseedores de camisetas se cruzan, el orgullo por sus prendas hace que crezca la solidaridad del mensaje. Hay un curioso sentimiento de unidad, de estrechar lazos, que toma cuerpo en ese intercambio instantáneo de mensajes, que se produce sin palabras pero sigue conectando con la gente, y lo que es más importante, genera nuevos adeptos con ideas similares. Todo esto aprovecha muy bien la respuesta psicológica ante el hecho de que otros nos reconozcan, uno de los medios más potentes de causar una impresión. Las camisetas personalizadas se convierten en piezas de coleccionista y las más populares reciben muchas atenciones. Piensa un momento en todos los deportistas, empleados, grupos o movimientos políticos que las usan. Se guardan años y años, hasta se envían a la tintorería, para limpiarlas en seco y cuidarlas al máximo. No hay ningún otro método publicitario que tenga una vida útil tan larga. Las tarjetas de visita se pierden o se rompen, igual que los bolígrafos de promoción, que casi nunca se usan hasta agotar la tinta… pero las camisetas personalizadas siguen siendo para unos parte de una colección que cuesta trabajo recopilar, o para otros esa prenda tan cómoda para ir a hacer deporte o salir a la calle.






































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