Autoridad y poder

Del latín auctoritas, la autoridad es el poder, la potestad, la legitimidad o la facultad. Por lo general se refiere a aquellos que gobiernan o ejercen el mando.

Desafortunadamente en México nuestras autoridades, pienso que la mayoría, no tienen claro el objetivo de su puesto,  cuando debería ser algo íntimamente ligado con la justicia; en nuestro país el concepto de autoridad está totalmente torcido pues no se asume con carácter de responsabilidad y de prestar servicio a los demás, esta mas bien como una fuente de poder pero un poder como practica de dominio donde el subordinado debe obedecer y callar, donde se trafican las influencias, se compran favores, se hace cumplir la ley por medio de coerción, se compra el apoyo de otros para hacerse más fuertes, se presume del numero de subordinados a su cargo y todo esto se convierte en abuso del poder provocando resentimientos y personalidades heridas entre los mexicanos.

En las organizaciones los subordinados muchas veces se comportan sumisos ante la autoridad; no importa el trabajo realizado en equipo y con merito, solo importa hacerse notar con el de arriba para que se fije que soy útil y leal. Como consecuencia tenemos la desconfianza mutua, el egoísmo y  la integración transitoria que solo busca satisfacción de los intereses individuales para que una vez logrado lo que se quiere se rompa este grupo.

El economista estadounidense de origen canadiense John Kenneth Galbraith clasifico el poder en tres estilos. El poder condigno es aquel que se vale de la coerción como método de mando; un ejemplo seria lograr ejercer influencia a través de amenazas. El poder compensatorio es aquel que compra el apoyo de otros, algo así como de dando y dando. Y por último el poder condicionado este se vale de la persuasión y el carisma.

Actualmente, la aceptación de la autoridad viene de abajo hacia arriba. Una exigencia extra laboral por parte de un jefe a su subordinado, el profesor que reprueba a algún alumno porque le parece antipático, son claros ejemplos del abuso de autoridad. A continuación enunciare estos cuatro requisitos para que la autoridad sea aceptada por los subordinados:

Primero: Los subordinados deberán ser capaces de entender la comunicación.

Segundo: El subordinado tiene que tener muy claro que lo que se le pide, que el mandato no sea inconsistente con los propósitos generales de la organización.

Tercero: El subordinado tiene que tener claro que lo que se le pide y que sea compatible con sus principios éticos y morales, las peticiones inmorales o faltas de ética deben ser desobedecidas.

Cuarto: El subordinado tiene que tener la capacidad profesiones, física y mental para cumplir lo solicitado por el Mando superior. Una demanda fuera del contexto profesional, físico o mental del subordinado, no podrá ser cumplida y por lo tanto no cumplirá los objetivos propuestos.

En nuestro país la autoridad efectiva y verdadera debería estar muy ligada a la moral y la justicia que se deriva del reconocimiento  de admiración que el jefe despierta en el subordinado en base al reconocimiento de sus cualidades, la autoridad debería enseñar con el ejemplo del acatamiento de lo que se exige, ser congruentes pues si se exige puntualidad no puede ser el jefe una persona que llegue tarde. No dejemos que se pierda el liderazgo y el respeto por la autoridad, identifiquemos los abusos y los estilos de poder para así tener consciencia y apartar aquellas autoridades que confunden la finalidad de su cargo, hacer justicia y estar al servicio de la comunidad. Autoridades que cumplen con su deber, aquellas que son líderes, que ejercen influencia sobre los demás de manera positiva y sea sinónimo de ejemplo a seguir, a esas autoridades son las que debemos impulsar y apoyar porque un pueblo unido puede más que uno dividido.

Angel Cortes Vieyra

Referencia: John Kenneth Galbraith “La anatomía del poder (1984)”

Definición de autoridad disponible en la siguiente dirección de internet http://es.wikipedia.org/wiki/Autoridad