El Pensamiento no controla las Emociones
Alrededor del ser humano está el mundo. Y en ese entorno hay miles de elementos. Una parte de los mismos nada tiene que ver con los intereses de un individuo. Mientras que la mayoría sí afecta tus intereses.
Por razones de adaptación a tu medio necesitas conocer la repercusión para ti de cada cosa. Eso te permite emprender acciones para evitar aquello te perjudica. Y a la vez para potenciar lo que marcha en el sentido de tus inclinaciones.
El razonamiento humano es bastante bueno para adelantarse a los efectos. Puede prever con certeza cualquier peligro. Y también es capaz de avisar sobre posibles oportunidades que aprovechar.
Sin embargo, el pensamiento es demasiado lento. Y se precisa de algo que aunque no sea tan certero como él al menos sea más rápido. La mente humana tiene algo así: las emociones. Ellas son capaces de decirte si lo que presencias es bueno o es malo para ti.
Cuando otras personas tienen acciones para contigo no tienes que detenerte a pensar en ellas. Tus emociones casi inmediatamente, tu intuición, te van diciendo si lo que hacen te conviene o te amenaza. Cuando sientes miedo eso representa una clara señal que estás antes posibilidades que constituyen un riesgo para ti. Si te sientes entusiasmado por lo que sucede eso constituye un aviso de que estás rodeado de acontecimientos favorables.
Ese es el papel fundamental de las emociones y sentimientos. Sirven para que te orientes sobre el carácter de cada cosa. Se adelantan a los análisis racionales que puedas hacer de las circunstancias. Ellos te dicen: "esto es bueno" si experimentas emociones agradables como la alegría, el entusiasmo, el amor, el placer... Pero te están diciendo: "cuidado, esto no te conviene" si lo que sientes es miedo, ira, temor, decepción...
De modo que a lo largo de nuestras vidas aprendemos a relacionar las emociones con los hechos. Si los hechos son favorables, emociones positivas; si los acontecimientos son adversos, emociones negativas.
El pensamiento de igual forma, es un reflejo de la realidad que vivimos. Al menos eso debería ser y es, salvo en determinadas enfermedades mentales. En ellas, el pensamiento pierde el contacto con la realidad. No sucede lo mismo en una mente normal en la que el pensamiento y las emociones responden a una situación objetiva.
El pensamiento, como expresión de la realidad, puede suscitar eventualmente las emociones. Así al pensar que estás siendo asaltado por un delincuente puedes experimentar ira o temor. Si piensas que serás ascendido en tu empleo, pues se despertará en ti una emoción de alegría. Pero al ser el pensamiento una expresión de hechos concretos y reales, las emociones están siendo determinadas en primera instancia por los acontecimientos. Tus razonamientos son meros mensajeros de esa realidad y por eso no son los pensamientos los que controlan tus emociones; son los hechos.
Es más, no solo es el pensamiento quien refleja la realidad que te rodea. También lo que ves, lo que oyes, lo que sientes en carne propia lo refleja. Incluso muchas veces se imponen a lo que piensas. Un ejemplo es cuando una persona que viaja en tren sabe que no corre peligro. Pero a pesar de lo que piensa, cuando pasa sobre un puente muy elevado siente miedo sin que pueda evitarlo. De nada sirve que piense que no hay nada que temer. La profundidad del vacío que ve basta para sobrecogerse.
Y aun así muchas personas se empecinan en controlar sus emociones forzando su pensamiento. Piensan "no tengo miedo, estoy tranquilo, estoy bien..." cuando su vida está llena de cosas que asustan. Sería más razonable que se esforzaran en cambiar la realidad exterior. Esa que realmente puede afectarlos. Porque su realidad interior, lo que sienten, sus emociones, no son más que expresiones de aquella.
Si algo te crea inseguridad, no trates de sentirte más seguro. En vez de eso trata de estar realmente más seguro. Si algo te hace sufrir, no te esfuerces en creer que todo está bien. En su lugar busca las causas de tu desdicha y elimínalas del mundo real. Esa es la única manera de conseguir un bienestar verdadero.
Si sufres de timidez descarga ahora el siguiente libro:
Las Verdaderas Causas de tu Timidez
Alejandro Capdevila
Un ejemplo es cuando una persona que viaja en tren sabe que no corre peligro. Pero a pesar de lo que piensa, cuando pasa sobre un puente muy elevado siente miedo sin que pueda evitarlo. De nada sirve que piense que no hay nada que temer. La profundidad del vacio basta para preocuparse
"Se supone q la manera correcta de pensar porque se controlan las emociones y se tiene mas probabilidad de exito"
Registro automático