Educación: una demanda clara en la agenda electoral
Al entrar en vigencia la constitución de 1991, el diseño de políticas educativas estuvieron enfocadas a garantizar una mayor cobertura, en especial, en educación básica y media. Fue así, como la gratuidad de la educación empezó a tomar auge, la financiación por parte de estado se empezó a consolidar mediante la implementación de un situado fiscal que más adelante se convertiría en los que hoy conocemos como Sistema General de Participaciones (SGP), donde educación tiene un peso del 58%.Todo este proceso permitió grandes avances en términos de cobertura, que años atrás no se alcanzaban a vislumbrar, un ejemplo de ello es Bogotá, cuyas tasas de cobertura bruta en educación básica superar el 100%. De igual forma en el agregado nacional, los cambios son notorios, implementando programas y proyectos que no solo cubren a la población en edad de estudiar que constitucionalmente es aquella que está concentrada entre los 5 y los 16 años. Si no, que los esfuerzos se han ampliado a tal punto, que la oferta de una educación integral, se extiende hoy en día a la población durante los primeros años de vida (primera infancia) y de igual forma, se han ampliado los mecanismos para que los jóvenes accedan a niveles de educación superior tanto universitaria, como técnica y tecnológica e incluso a niveles de postgrados.Sin embargo, en este proceso se olvidó una variable que complementa y ofrece un valor agregado al tipo de educación entregada y es: la calidad. Dado que las energías se centraron principalmente en absorber a la mayoría de población en edad de estudiar, los medios utilizados para alcanzar este objetivo omitieron normas incluso de carácter constitucional, tal como el artículo 85 de la ley 115 de 1994, donde se consagra la implementación de un única jornada educativa para lograr la cobertura plena. De esta forma, hoy en día contamos con altos niveles de cobertura (aunque todavía falta un gran porcentaje de la población que no está vinculado al sistema, sobre todo en educación media y universitaria. Y en este sentido, un mayor control sobre las tasas de deserción estudiantil) con resultados en términos de calidad bastante deficientes. Esta preocupación, ha cobrado importancia recientemente dando lugar a debates que exigen la implementación de una única jornada como primer paso para asegurar dicha calidad educativa.Aunque es una propuesta viable, tiene implicaciones de carácter presupuestal, social (es decir, su impacto en el personal docente), etc. Las cuales han enriquecido el debate en torno al tema. Debate que no solo está en la agenda política de los candidatos, dicha preocupación se ha extendido al consumidor político el cual fortalece su afinidad e inclinación con un determinado candidato por medio de sus propuestas, siendo una de las más fuertes: Educación.
Este comportamiento se puede ver en los resultados obtenidos por la encuesta realizada por la alianza Raddar- Views Colombia en especial para El Diario La República, a los habitantes de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla; en el proceso de análisis del consumidor político.
Que sin duda, muestra una tendencia clara de lo que demanda este consumidor y con lo que se siente identificado.Los ciudadanos se identifican con aquellas propuestas que tocan principalmente los aspectos de: Salud, movilidad y educación.
En Bogotá el 60% de los encuestados está a favor de Gustavo Petro, dadas sus propuestas en términos educativos. En Medellín, Aníbal Gaviria lidera esta lista con el 66%, Rodrigo Guerrero en Cali con el 83% y finalmente, 6 de cada 10 barranquilleros apoyan a Elsa Noguera en lo que a educación respecta.
Movilidad otra variable que como educación genera diferencias marcadas en la percepción que el ciudadano tiene entre un candidato y otro. Bogotá es un caso particular, en donde en Enrique Peñalosa tiene un 0% de favorabilidad en materia educativa pero tiene un 70% de inclinación electoral en términos de movilidad, porcentaje que se reduce a 0% si es Gustavo Petro el candidato. En las demás ciudades, la inclinación política es la misma en términos de movilidad y educación: Elsa Noguera y Rodrigo Guerrero tienen el 100% y Aníbal Gaviria el 66%. Panorama que le permite al candidato reforzar y analizar lo ofrecido en materia electoral.
Tomado de: Saira Samur Pertuz

Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com





































Registro automático