Meningitis: el peligro en la médula espinal

Llega el invierno y la meningitis hace su agosto. Si bien no es una enfermedad estacional, si es cierto que existen bacterias que son más propensa a atacar al organismo en invierno, como por ejemplo la del neumococo, que también es causante de la neumonía o de la sepsis. Pero vayamos a la enfermedad que nos atañe hoy: la meningitis.

Este problema se caracteriza por la inflamación de la capa que protege a la médula espinal, clave para el cuerpo humano ya que funciona como elemento principal para las emisiones nerviosas. De esta manera la meningitis puede afectar a los sentidos de una persona. Los focos infecciosos de esta enfermedad son diferentes según su causa: bien puede ser por un problema en el estómago o bien en el sistema respiratorio.

Como ocurre con la mayor parte de las enfermedades, la población con más riesgo son los niños y las personas mayores de 65 años. Cuando comienzan a tener síntomas como el vómito, la fiebre o un cansancio demasiado habitual es el momento de sospechar de que nuestro hijo está enfermo de meningitis. Asimismo la rigidez del cuello se ha convertido en el principal elemento para diagnosticar caseramente la enfermedad.

La sospecha de meningitis se puede comprobar a través de una punción lumbar , sacando líquido que se analizará en un laboratorio. Es vital atajar esta enfermedad temprano ya que es bastante rápida en su colonización del cuerpo humano.

Como consecuencia de esta enfermedad el paciente puede quedar afectado para toda la vida con problemas que le dificulten su independencia. Puede tener retardo mental, hidrocefalia, sordera, ceguera o convulsiones crónicas. Para evitarlo existen vacunas que permiten inmunizar al cuerpo contra los principales agentes que causan la menignitis.

También hay que prevenir en la misma casa uno debe evitar que las comidas estén al aire si no se comen. Mejor guardarlas en las fiambreras evitando que insectos y bacterias pululen por ellas. Asimismo hay que evitar que el cuerpo de los menores esté húmedo o que en la casa se acumule agua sucia que dé la posibilidad de crear focos de infección.

Por último, en el caso de que haya tratamiento médico hay que terminar los esquemas médicos ya que en caso contrario podemos tener problemas más graves.