Sé fuerte, con la fuerza de un campeón
Confiésalo tú mismo: eres un ser humano fuerte y te mantendrás en pie por fuertes que sean los vientos y por incontenible que sea la tempestad. Eres fuerte por más que alguien intente empujarte para desestabilizarte y hacerte perder el equilibrio.
Confiesa que eres fuerte par que te escuchen el mundo, tus amigos, la familia y todo aquel que tenga oídos, pero grítalo con todas tus fuerzas para que tu voz sobresalga en las ruidosas y complejas horas de la cotidianidad. Exprésate diciendo “soy fuerte” para que tu voz sea escuchada por la persona que más te interesa que reciba este mensaje: tú mismo.
Eres fuerte porque tienes un nombre y haces parte del engranaje perfecto del universo, con una vida rodeada de singularidades por las cuales te diferencias de todos los seres existentes. No hay nadie que haya sido destinado a ser mejor que tú ni nada que te impida acercarte a lo que eres y a lo que deseas ser. Eres, tú mismo, una criatura incomparable, destinada a escribir tu propia historia; y a subir con firmeza y sin pausa por la escalera que conduce al esquivo éxito.
Eres fuerte porque no estás solo, y no lo estarás nunca. Si miras a tu izquierda verás el rostro de tu familia. Si miras a la derecha encontrarás a tus amigos. Si miras hacia adelante te encontrarás con otros seres humanos, cuya lucha también es la tuya. Si respiras y llenas de aire puro tus pulmones, te inundarás de bienestar y de larga vida. Y percibirás el aroma delicioso de tu infancia y llegarán a ti los recuerdos de esos instantes felices en que fuiste el centro de atención de tus mayores. Tu familia estuvo ahí, como está hoy, con tu misma sangre corriendo por sus venas y tus mismos genes navegando en su existencia.
Eres fuerte porque has sembrado la semilla generosa de la amistad y hoy estás en condiciones de cosechar el mejor de sus frutos: buenos y queridos amigos con los cuales podrás contar en algún momento de tu tiempo. No son personas perfectas, ni te complacerán en todo, ni están libres de errores, ni están exentos de causarte una pequeña molestia o una indeseable decepción. Pero recuerda esto: tú mismo tampoco eres perfecto y alguna vez también le fallarás a alguien. Así son los amigos: personas en construcción. No son perfectos y tal vez nunca lo serán pero cuentan con una cualidad que debería interesarte mucho más: su disposición para atenderte y ayudarte. Lo más importante de ellos es este hecho simple: son tus amigos. Y punto.
Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?
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