Carta al comandante
Estimado Sr. Fidel Castro Ruz
Al saber que usted ha recobrado la salud, lo cual me dio mucho gusto, me permití redactar y enviarle esta carta, ya que la había pospuesto durante mucho tiempo, y me arrepentí de no haberlo hecho antes, cuando supe de su delicado estado.-
El motivo es para sugerirle (usted dirá que quien carambas soy yo, para hacerle sugerencias) pero el cariño que le tengo a su pueblo me impulsa a hacerlo.-
De niño me apasionaba leer de su vida y de la del Che, y durante mi adolescencia, los tome a manera de inspiración para demostrar mi rebeldía, poco tiempo después, tuve contacto con algunos Cubanos, que de ves en ves arribaban a la isla del Carmen, en el estado de Campeche, (la cual es mi terruño), cuando muy cerca de ella estaban en sus labores de pesca del camarón, y no fuero pocos, los que me dieron su punto de vista de como de desarrollaban el gobierno de usted en su bello país, y no conforme con ello, me di a la tarea de recabar toda la información que había disponible en cuanto a su modo muy personal de gobernar, y debo reconocerlo... mi admiración bajo de intensidad, mas para poder seguir contándole entre mis afectos, me di a la tarea desde ese entonces de hacer una especie de análisis
Para poder objetar a quienes movían constantemente la columna para derribar a quien tiempo atrás yo había puesto en ella, es decir:
Al Comandante;
Y ese análisis es el mismo que perdura hasta la fecha:
Decía yo a sus detractores, que usted había rescatado a su país del colonialismo, (en eso no había objeción) mas cuando ellos me hablaban de la poca libertad que había en su país, yo les contestaba que usted estaba educando a esa joven democracia, y que por lo tanto al igual que los seres humanos, que de niños requerimos cierta disciplina y de adultos tenemos mas libertades, cuando usted considerara que la democracia había alcanzado su total madures, le daría libertad total,
Es por esa razón, estimado Comandante, que ahora después de reconocer que usted ha guiado a su país por buen camino, y ha guiado a la democracia cual si fuera su hija, ya que la ha arrullado de pequeñita, la ha tomado de la mano en su infancia, la ha reprendido en su juventud, ahora, que esta en plena madures, me atrevo a sugerirle, que lo que usted inicio hace muchos años, respaldado por las armas y por hombres valientes, lo termine, con un lapicero, ya que solamente a usted, le corresponde ese gran honor.
Hágalo sin temor, ya que usted ha sido buen maestro, y los buenos alumnos jamás olvidan lo aprendido, y el pueblo de Cuba, no dejara a un lado los principios por usted inculcados.
Considero, que la persona que rescato, educo, edifico, y llevo de la mano al pueblo cubano, debe ser y nadie más, quien le de la total libertad que hoy día ansia, y estoy seguro que la historia y la humanidad entera le recordara como usted merece ser recordado: como EL LIBERTADOR DE CUBA.






































Registro automático