Educación canina: Refuerzo Positivo
Para que el refuerzo positivo funcione, debe presentarse justo después de la conducta que intentamos fortalecer. Si se lo presentas varios segundos más tarde, es posible que tu perro no pueda establecer la relación entre la conducta y el susodicho reforzador; en otras palabras, no será contingente a la conducta.
Esto significa que debes lograr una total sincronización entre la conducta y la presentación. Esta sincronización también se conoce como “timing”.
Pongamos por caso que estás enseñando a tu perro cómo sentarse. Él lo hace, así que le das una chuchería para reforzar la acción. No obstante, el animal se levanta para cogerla. Lo que le estás enseñando es a levantarse, porque recibe el premio cuando se levanta y no cuando se sienta. De esta manera, resulta que el timing es incorrecto para lo que estás intentando que él aprenda.
¿Cómo presentar el reforzador, pues, justo después de que el perro se siente, pero antes de que se ponga en pie de nuevo? Vas a necesitar una señal que le indique cuál es la conducta correcta. Esta señal es un reforzador particular que conocemos como “reforzador condicionado”.
Tipos de Reforzadores
Tenemos dos tipos generales: los incondicionados o primarios, o los condicionados u secundarios.
Los incondicionados no necesitan aprendizaje para ser refuerzos; en otras palabras, tu perro no lo tiene que asociar a nada para que funcione. Podemos llamarlo también “reforzadores naturales”: la comida y el agua son típicos ejemplos.
Por otro lado, los reforzadores condicionados se vuelven refuerzos gracias a un aprendizaje. Son eventos neutrales que, siendo asociados, se convierten en reforzadores. Las felicitaciones, los elogios y las palabras dulces, por ejemplo, son reforzadores condicionados: no quieren decir nada para tu perro hasta que no se asocian con un evento.
En el Adiestramiento
Digamos que le enseñas a tu perro a sentarse, pero has creado un reforzador condicionado para ello. Éste es el sonido hecho por un clicker.
Cuando el animal se sienta, haces clic y le das la chuchería. Como el reforzador condicionado es el clic no es tan necesario que el perro permanezca sentado mientras le acercas la mano con la comida: la conducta es reforzada con el sonido, que es seguido por la golosina.
El reforzador condicionado, para entendernos, funciona como una señal que dice “eso que acabas de hacer es lo correcto”. Así puedes retrasar el reforzador primario unos segundos, y así consigues un timing adecuado para enseñarle cualquier cosa a tu perro.
No sólo sirve para asegurar las conductas que entrenas; también puedes comunicarse así con tu perro. Piensa que el reforzador condicionado no sólo marca, sino que es una señal para el inicio del reforzamiento.

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