El Plan Nacional de Lectura y Escritura
Para nadie es un secreto que en las más recientes evaluaciones de PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes por sus iniciales en inglés) que se realiza con el auspicio de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y que mide las destrezas de los estudiantes matriculados entre los grados 7º y 11º, a los estudiantes colombianos no les fue nada bien en el área de lectura.
Basta recordar algunos índices gruesos: cerca de la mitad de los evaluados (de 15 años de edad) no posee las habilidades mínimas de acuerdo con los parámetros internacionales. Vale decir, tienen dificultad para comprender textos complejos, leer entre líneas, obtener información implícita, asumir una posición con respecto al texto y argumentar sobre el mismo.
Las evaluaciones nacionales van en el mismo sentido como lo informa el Icfes: "Solo el 35 por ciento de los estudiantes de 5º grado y el 40 por ciento de los de 9º logran el mínimo desempeño exigible".
El panorama en cuanto hace a lectura en internet no es menos desolador pues Pisa encontró que uno entre mil estudiantes evaluados es "capaz de identificar y seleccionar lo que es relevante y evaluar su utilidad. . ." La humanidad no ha inventado aún un método mejor para adquirir conocimiento, que la lectura, por lo tanto resulta imprescindible que el Ministerio de Educación tenga éxito en el denominado Plan Nacional de Lectura y Escritura que hizo parte esencial del reciente acuerdo para la Prosperidad realizado en Cartagena.
Se propone el Ministerio una mejora del 25 por ciento en el rendimiento de los alumnos en las habilidades de lectura, en preescolar, básica y media; para el efecto habrá de entregar una biblioteca básica a casi siete mil instituciones educativas, formará a 35 mil docentes en estas disciplinas y comprometerá (ojalá así sea) a todos los secretarios del ramo que actualmente están en funciones.
Una población iletrada o compuesta en su mayoría por analfabetas funcionales no tiene posibilidades de progreso y debe sumirse en la exclusión que le ha de impedir obtener empleos estables y bien remunerados para no hablar de la imposibilidad de acceso a las maravillas que ofrece la cultura.

Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com





































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