Don Miguelito Palacios
Una tarde en que moría el sol, hace ya muchas tardes, echado en el piso, de nuestra vieja casona de Chulucanas, veía absorto, como un forzudo hombre blandía con su fuerza un duro metal, no sabía si era Tarzán o Tawa -héroes de viejas historietas- pero al mirarlo bien descubrí con asombro ¡que era mi Padre! Era don Miguelito Palacios (así lo conocían en mi tierra-porque era un hombre bueno-) y toda mi niñez viví recordando y comparando aquel forzudo hombre con los robustos algarrobos de mi pueblo, los mismos bajo cuyas sombras hacíamos siesta mirando la verde pradera de los valles del alto Piura, contemplando el imponente y misterioso cerro VICUS en cuyas entrañas se escondían historias, huacos y tesoros, respirando la fresca brisa de las tardes soñando con un futuro mejor, aprendiendo de él que los reptiles reptan y que las aves vuelan y siempre nos enseñaste a volar ,cada vez que escalábamos el cerro nos repetías "nos vemos en la cima", que era la meta, que era el leitmotiv para luchar en la vida nos enseñaste a creer en DIOS, nos enseñaste a escalar pues de portero en el estanco de la Sal terminaste como Inspector del Banco de la Nación, nos enseñaste a levantarnos tras las caídas aprendiendo de cada fracaso. Hoy han pasado muchos años, estamos aún juntos y no tenemos nada que reclamarle a la vida, la vivimos siempre felices, disfrutando con lo que teníamos, nada poco o regular, el curso biológico te ha vuelto canoso, flácido y encima has terminado en los Quirófanos del INEN de Lima para enfrentarte a un proceso degenerativo, te has enfrentado con altivez a la Cobaltoterapia, has soportado con estoicismo los momentos siempre difíciles de enfrentarte a un cáncer y por ahí andas a tus 80 años, luciendo tu fortaleza de espíritu, de ese mismo espíritu que te acompañó siempre, como devoto de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres y cuando el curso inexorable de la vida te lleve a la noche suprema y estés a solas con DIOS, sentado en un platillo de la balanza y tengas que dar cuenta de tus actos, tengas que hacer un resumen de tu vida ¡No temas! tu inseparable Julia Celi de Palacios y tus hijos no tienen nada que reclamarte, No te reprochamos nada! (quien como tú, no sabes como te envidio). Has cumplido Don Miguelito Palacios, ahí en el pueblo siempre está la verde pradera, los frondosos algarrobos, la fresca brisa de las tardes, el imponente cerro y el vuelo de las aves, la siempre difícil cima y ¡ahí estarás TU! ahí te buscaremos y en cada gesto de caridad, bondad, solidaridad ahí estarás TU, ahí te encontraremos y mientras tanto, goza tu senectud sabiéndote querido por los tuyos viejo i mi querido viejo! -
Miguel Palacios Celi
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