Iconos convertidos en moda de segunda

Lo hemos visto por todas partes. El famoso logotipo de I love NY creado hace ya 30 años por Milton Glaser, donde la palabra love era sustituida por un corazón rojo, se ha convertido en uno de los iconos reproducidos hasta la saciedad, cambiando el NY por absolutamente lo que sea, como por ejemplo I love Fuentealbilla (un pueblecito de Albacete con poco más de 2.000 habitantes).

Por supuesto la moda no ha sido ajena a ello y podemos encontrar camisetas estampadas con dicha imagen.

Pero si sólo fuera eso…

En el afán por reproducir de todo en camisetas para venderlas como algo original y único, habremos visto otros iconos como el bebé a bordo en una camiseta llevada por una embarazada, o bien los símbolos de tráfico convertidos, reinterpretados y más tarde “fusilados” por aprovechados que no han querido pensar, porque copiar es más rápido y más barato.

¡Oye, que te voy a “diseñar” una camiseta en cinco minutos! Son los cinco minutos que necesita el menda para buscar en Google un dibujito, descargarlo y, sin tan siquiera comprobar que tiene una mínima calidad, lo envía a estampar.  Y queda como queda.

Y así encontramos en mercadillos, grandes superficies y tiendecitas de barrio los diseños más espantosos. A veces el truco es tan simple como jugar con una marca muy conocida cambiándole una letra, pasando de “Colgate” a Cuélgate”, de “Martini” a “Maritrini”, de “Ballantine’s” a “Botelline’s” o bien de “CocaCola” a “CacaCulo”.  Pues sí, eso existe. Y cosas peores.

¿Os acordáis de Marco el que fue a buscar a su mamá? Pues imaginadlo vestido de caqui, una pipa y un pasamontañas y debajo que ponga “Subcomandante Marco”. Esa camiseta también existe.

Pero, por si no habíamos tocado fondo, tenemos las copisterías donde igual te hacen una fotocopia que te estampan un delantal o una taza. De esta forma la camiseta se popularizó de tal modo que se inventaron nuevas ideas para decorarlas, como la foto de tu bebé, de tu madre o de tu gato de angora.

A ver ¿quién, que no esté borracho o en una despedida de soltero/a se va a poner semejante ofensa visual? Porque aquí el culpable igual puede ser la copistería que acepta encargos así de denigrantes o bien la propia persona interesada que lo va a llevar o a regalar.

¿A regalar? ¿A quién puedes odiar tanto? Siempre puede ser por una buena causa: “mira he pensado que regalándote esta camiseta con la foto de tu suegra podrías entender lo mucho que te desprecio” Por suerte para la suegra, este tipo de impresión no aguanta ni el primer lavado (si es que llega al primer uso).