El día que podamos volver a gastar
¿Qué hay peor que construir un aeropuerto sin aviones? Construirlo mal. Parece un chiste pero es la pura realidad del aeropuerto de Castellón. Convertido en el estandarte del derroche español en los tiempos de bonanza, el aeropuerto de Castellón no deja de sorprendernos desfavorablemente.
La última noticia que se ha revelado de esta inútil infraestructura es que parte de la pista está mal construida, por lo que será necesario demolerla y adaptarla a los requisitos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para la maniobrabilidad de los aviones. Si es que el aeropuerto sin aviones ha sido el colmo de una serie de desproporcionadas obras que han llevado a la Comunidad Valenciana al borde de la quiebra.
¿Quienes recomiendan las infraestructuras y por qué? ¿Existe o ha existido alguna vez un estudio de viabilidad económica para las actuaciones más costosas? ¿Es que acaso nunca nadie se sintió ridículo tan sólo de pensar en gastar dinero sin ningún sentido? Esto no ha sido solo la tónica general del gobierno valenciano sino del conjunto del estado español. La feria del agua de Zaragoza es otro ejemplo tremendamente ridículo de cómo gastar el dinero que no se tiene. Sin ánimo de repetir el programa de “Salvados, cuando éramos ricos” me gustaría reflexionar sobre el futuro.
Mi duda es si repetiremos estas pésimas ideas de base para el progreso en cuanto recuperemos el poder perdido, si lo recuperamos. ¿Es que acaso no existe otra manera de estructurar una sociedad que no sea la del puro consumismo desbocado? Porque no vivir disfrutando el tiempo sin gastar o pensar en gastar. No era tan extraño cuando los los españoles eramos humildes trabajadores de clase media que cogían un mantel los fines de semana y se iban al campo a disfrutar de un picnic. No necesitamos Louis Vuitton ni el último Audi. Lo que al final acaba recordando la gente con cariño son las largas caravanas en las carreteras nacionales con la familia al completo y no el día que uno se fue de compras a gastarse el sueldo del mes. Los máximos placeres que podemos disfrutar son justo aquellos que no veremos en los anuncios de la tele o en un videoclip de Lady Gaga. aeropuerto castellón, despilfarro, consumismo
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