Dante - La Divina Comedia
La Divina Comedia, una narración alegórica en verso escrita por Dante Alighieri probablemente entre 1307 y 1321, año de su muerte. La estructura de esta obra maestra de la literatura mundial, rica en alegorías, simetrías y paralelismos, se articula en torno a los números tres y diez, y sus múltiplos. Tres son los libros que la componen, cada uno compuesto de 33 cantos, además de un canto introductorio. Los 100 cantos totales están compuestos en terza rima, una estructura de tres versos endecasílabos con rima. Tres son los reinos de ultratumba, repartidos en nueve zonas más una, que hacen un total de diez. Las almas de los condenados se organizan en tres grupos principales, al igual que las almas de los penintetes y los beatos.
El adjetivo “divina” asociado al título de la obra fue utilizado por primera vez por Giovanni Boccaccio en su biografía de Dante y entró a formar parte del título del poema a partir de la edición de 1555, a cargo de Ludovico Dolce. Dante había titulado su obra sencillamente como Comedia porque, de acuerdo con el género que la retórica medieval definía como “cómico”, cuenta con un final feliz en el Paraíso, al que llega el protagonista al final de un viaje.
La intención del autor al componer este poema era llegar al mayor número posible de lectores, y por ello lo escribió en lengua vernácula, en italiano, y más concretamente en el dialecto florentino, y no en latín. Toda la obra es una alegoría de gran precisión y fuerza dramática en la que se describe el imaginario viaje del poeta a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. La estructura del mundo dantesco sigue la concepción tolemaica del Universo, recogida por santo Tomás de Aquino y por la filosofía escolástica, y posteriormente adoptada por toda la cultura medieval.
La Tierra es una esfera situada en el centro del Universo y está dividida en dos hemisferios; en el centro del hemisferio septentrional, el único habitado y comprendido entre la desembocadura del río Ganges y las columnas de Hércules, surge Jerusalén. Cerca de la ciudad santa se abre el acceso al Infierno, concebido como una inmensa vorágine con forma de cono invertido que se formó cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso y confinado en el centro del globo. Las tierras que se retiraron espantadas al paso de Lucifer formaron la escarpada montaña del Purgatorio, simétrica respecto al Infierno, situada en el centro del hemisferio meridional y rodeada de agua. En su cima se halla el paraíso terrenal. Alrededor de la Tierra giran nueve círculos concéntricos, contenidos a su vez en el interior del Empíreo, el cielo en el que reside Dios.
La Divina Comedia es la epopeya de la redención del poeta a través de un recorrido por las tres regiones del más allá, un viaje que le conduce hasta Dios. El autor imagina haber realizado este viaje a ultratumba en la primavera de 1330, durante siete jornadas. Con treinta y cinco años en ese momento, Dante se pierde en la selva oscura del pecado. En su ayuda acude el poeta latino Virgilio, modelo poético y personificación de la razón, que se anuncia como enviado de Beatriz, la mujer a quien Dante ama y exalta. Virgilio será su guía en el recorrido a través de los nueve círculos del Infierno: ambos descenderán por la espiral infernal y se encontrarán con héroes literarios, personajes de la mitología, o figuras históricas o contemporáneas del poeta cuyos vicios provocan repugnancia y sus castigos mueven a la piedad.
De vuelta a la luz del día, la ascensión a la escarpada montaña del Purgatorio es también una redención. Virgilio abandona a Dante en la cima, pues no tiene derecho a acceder al Paraíso. Será Beatriz, su gran amor y símbolo de la gracia divina, del saber teológico y revelado, la encargada de guiar al poeta hacía el Empíreo a través de los nueve cielos concéntricos, hasta la última visión mística donde la mirada se pierde en la contemplación de Dios, principio del amor, ordenador y motor de todas las cosas.
A pesar de que Dante conocía bien la tradición literaria clásica y medieval sobre el tema del viaje a ultratumba y la visión del más allá, el poeta se desmarcó de ella para superarla. La Divina Comedia se inscribe en el corazón mismo de la vida del hombre, donde la espiritualidad se alcanza a través de la experimentación de lo concreto. La obra de Dante ensalza y celebra no tanto al Dios severo y omnipotente como a su gran creación, la humanidad, sufriente, infinitamente culpable, pero llena de amor y compasión. Su objeto y sujeto es el ser humano, rehabilitado y finalmente perdonado. Al término de su viaje iniciático, el poeta recibe una doble recompensa, a la vez mística y poética. Ha alcanzado la contemplación de Dios y adquirido al mismo tiempo la maestría poética necesaria para iniciar su narración.
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