El tamaño importa: HR347
Sí, el tamaño importa. Sobre todo si es un escándalo. Peor si es un recorte de libertades. Y tremendo si además lo perpetra el país que pregona libertad y democracia pero reparte leyes canallas y exporta la democracia a base de bombas de racimo. No teníamos bastante con la USA PATRIOT ACT (Uniting (and) Strengthening America (by) Providing Appropriate Tools Required (to) Intercept (and) Obstruct Terrorism Act of 2001) que niveló las libertades civiles en Estados Unidos que ahora nos traen la guinda del pastel 10 años después con la nefasta HR 347.
La PATRIOT ACT tiene una gran semejanza a las leyes donde Hitler aprovechó la situación y declaró el estado de emergencia y animó al anciano presidente Paul von Hindenburg a firmar el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo la mayoría de las disposiciones de derechos fundamentales de la constitución de 1919 de la República de Weimar. Después de acusar a los enemigos de la patria, los comunistas en ese momento, de quemar el parlamento. ¿Cui prodest? Con esa excusa barrió las últimas libertades que quedaban en Alemania pero no sólo para ese enemigo fantasma sino que, como era el objetivo, para todos los alemanes que aceptaron las ruedas de molino como caramelitos de menta y siguieron adelante con esa locura generalizada que ya sabemos como acabó.
En Estados Unidos pasó igual. Después de un ataque suicida contra el centro financiero del mundo, aún no esclarecido del todo en su autoría, el presidente Bush, ex-alcohólico y cristiano renacido, con ayuda de correligionarios de su padre y el actor convertido en presidente Ronald Reagan, pasaron por un congreso amordazado, idiotizado y cobarde la ley más anticonstitucional de la historia (corta) de la nación americana. Sólo un senador levantó la voz, Robert Byrd, el más viejo de todos y parecía el discurso shakesperiano de quiero a César pero quiero más a Roma cuando Roma volvióse imperial.
Y nuestra gran esperanza negra, Obama, nos rompe los corazones pasando esta ley con nombre de submarino, como quiera que la quieren colar sin que se note y mandar lejos, por no decir otra cosa, la primera enmienda de la constitución americana, la libertad de expresión. HR 347 Federal Restricted Buildings and Grounds Improvement Act of 2011 afectará directamente a los grupos y movimientos de protesta como Ocupemos Wall Street.
Esta legislación establece que cualquier persona que con conocimiento “entre o permanezca en cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido sin la autoridad legal para hacerlo”, con el “intento de impedir o interrumpir las acciones del gobierno o labores oficiales, y se involucra en una conducta desordenada o interfiere dentro, o cerca a, cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido” o “impide o interrumpe la conducta ordenada de las actividades del gobierno o de las labores oficiales”, serán castigados con una multa o “o el encarcelamiento por no más de 10 años, o ambos. Falta definir claramente lo que es “impedir o interrumpir la conducta ordenada de las actividades del gobierno o las funciones oficiales” y especificar qué son las “actividades del gobierno” o qué es una “función oficial”. Esta imprecisión permitirá que el gobierno y las fuerzas policiales sofoquen con eficacia las protestas y la libertad de expresión, criminalizando así acciones tales como manifestaciones ciudadanas.
Para acercarse al presidente de EE. UU. o cualquier otro político, una persona común y corriente necesitará un permiso especial. La ley incluye como delito la intención de impedir o perturbar lo que es el desarrollo de las funciones normales del área privada o del Gobierno. El movimiento Ocupa Wall Street afirma que esta ley evitará que las protestas ocurran en zonas de libre expresión y puede ser usada por la policía a discreción en cualquier lugar como, por ejemplo, en eventos deportivos o la próxima reunión del G8 en Camp David, o cuando se desarrollen reuniones bilaterales en Estados Unidos. Según los críticos, la controvertida ley restringe la libertad de expresión y podría ser usada en contra de aquellos manifestantes que el Gobierno determine.
Estados Unidos de América está convirtiéndose en un estado policial de facto con los instrumentos legales y las agencias que se encargan de su cumplimiento. El mundo está enfermo como decía Mafalda y depende de nosotros esa curación. No podemos seguir en connivencia por acción u omisión con el paulatino deterioro del sistema legal, el expolio del sistema económico en beneficio de una élite minúscula y el brutal ataque al medio ambiente que acabará de una manera u otra con todo.
Eduardo Fernández www.informacionydinero.com cornagobis@hotmail.com
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