La expropiación de YPF sacude la economía española
Cristina Kirchner ha decidido expropiar YPF, perteneciente a la española Repsol, para que vuelva a ser una empresa pública argentina. El anuncio cogió por sorpresa al Gobierno Español, que en las últimas horas había manifestado su confianza en que el conflicto se solucionara por la vía diplomática.
Pero no ha sido así. Las amenazas españolas y de otros gobiernos internacionales no han amedrentado a la presidenta argentina, que venía en las últimas semanas filtrando la posibilidad de una nacionalización de la petrolera argentina. Con un país en mala situación económica, Kirchner ha decidido dar un golpe de efecto, especialmente a nivel mediático, con la expropiación de YPF. Con el anuncio, la sala donde la presidenta argentina se encontraba en un acto público, estalló en aplausos. El estilo populista del Gobierno Argentino sigue contando con muchos defensores.
El Gobierno Español, de la mano del Ministro de Asuntos Exteriores y el Ministro de Industria comparecía ante los medios de manera excepcional para comunicar su desacuerdo con la decisión argentina anunciando ‘duras medidas de contrapartida contra este acto de hostilidad’. Quedan por definir cuáles serán exactamente estas medidas, pero se habla de corte de las inversiones españolas en el país sudamericano.
Las consecuencias en la economía española de la expropiación de YPF, también están por ver. Por el momento, Repsol ha sufrido un importante descenso en bolsa. Hay que tener en cuenta que la petrolera es una de las empresas más importantes en la economía del país y la pérdida de una parte importante de su estructura podría tener un efecto muy negativo.
Con el precio de la gasolina por las nubes, esta situación también puede afectar al alza al mercado de los hidrocarburos. Repsol se ha apresurado a declarar que la pérdida de YPF no afectará al precio de la gasolina y tampoco a la política de dividendos de la empresa.
Obviamente, no quieren trasladar una sensación de temor a los accionistas, pero es un hecho que el nuevo escenario al que se enfrenta Repsol tendrá repercusiones en la propia petrolera y en la economía española.






































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