El Problema Mente-Cerebro
EL PROBLEMA DE LA MENTE
En nuestra experiencia cotidiana damos por supuesta una serie de aspectos relativos tanto al mundo físico como al mental:
Existe un mundo físico conformado por una multiplicidad de objetos distribuidos en un vasto espacio. Además, la existencia del mundo físico resulta independiente de nuestro conocimiento sobre el mismo. Para referirnos a esta circunstancia, solemos decir que el mundo físico existe objetivamente.
Además, tenemos experiencias mentales tales como, creencias, emociones, deseos y voliciones. Al conjunto de estas experiencias solemos referirnos alternativamente como el ser interior, la vida mental, la psiquis, la mente, la subjetividad, etc.
Nuestras experiencias mentales causan parte de nuestra conducta, en tanto representan causas de nuestros movimientos corporales y otras acciones voluntarias (conducta verbal, expresiones, etc.)
Nuestras experiencias mentales son en parte influenciadas por aspectos del mundo. En efecto, percibimos y distinguimos objetos mientras hay luz, los mismos que desaparecen en ausencia de aquella; sentimos una desagradable sensación de frío ante bajas temperaturas; sentimos una espantosa sensación de dolor ante el contacto con el fuego; etc.
Manejamos una compleja red de representaciones cognitivas que aparecen plasmadas en un léxico concomitante. En dicha red, distinguimos entre categorías físicas y categorías mentales, expresadas a través de términos fisicalistas (piedras, agua, dureza, presión, chocar, evaporar, etc.; y a través de términos mentalistas (ver, sentir, dolor, alegría, tristeza, pensar, querer, imaginar, neurótico, creativo, inteligente, conciencia, mente, mental, etc.)
Las relaciones de causalidad entre lo físico y lo mental en un nivel pre-teórico
No obstante, en un escalón algo más reflexivo, aunque siempre dentro del mismo nivel pre-teórico, postulamos cierta asimetría a la hora de atribuir existencia a los universos físico y mental:
La atribución de realidad al universo físico resulta un hecho incontrovertible, en la medida en que podemos percibirlo a través de nuestros sentidos, es decir: verlo, escucharlo, tocarlo, medirlo, pesarlo, etc.
No obstante, la atribución de realidad al universo mental resulta más problemática, en la medida en que no podemos ver, tocar, medir o pesar a los pensamientos, sentimientos, creencias, etc.
Lo anterior plantea una especie de tensión paradojal en nuestra relación con lo mental: por un lado, en la medida en que estamos vivos, nada resulta más evidente que nuestros pensamientos y sentimientos; pero, por otro lado, al resultar dificultoso asirlos, circunscribirlos y objetivarlos, su modo de existencia se transforma en algo particularmente evanescente y, por ende, pasible de ingresar al territorio de la duda.
EL PROBLEMA DE LA MENTE EN EL PLANO TEÓRICO
Caracterización preliminar
El problema de la mente o de lo mental en el plano teórico surge ante el intento de caracterizar cuál su naturaleza.
El neurocientífico Paul Churchland se refiere al tema denominándolo como “El problema de a la inteligencia conciente”
En la literatura técnica, el problema aparece en el contexto de la “Filosofía de la Mente”, rama de la filosofía enfocada precisamente a esa cuestión. En la literatura académica de las neurociencias, de la psicología cognitiva y de las ciencias cognitivas, el tratamiento del mismo aparece bajo la expresión “Teorías sobre la mente”.
Programa de investigación asociado
El problema de la mente consiste en lograr una conceptualización que a la vez dé cuenta de:
La experiencia fenomenológica primaria
La relación de la mente con el mundo
La relación de la mente con el cuerpo
La relación de la mente con la conducta.
La relación de la mente con el cerebro
EL PROBLEMA MENTE – CEREBRO
Definiciones
Es el problema de las relaciones entre lo físico y lo mental, entre el cerebro y la mente, o entre los sucesos cerebrales y los mentales.
Es la dificultad de imaginar cómo es qué se relacionan dos géneros de cosas que, en principio, son entendidas como esencialmente diferentes.
Es el problema ontológico sobre la naturaleza de lo mental. Es decir: el problema de su existencia y, básicamente, el problema de su esencia. Adicionalmente (y aunque aparezca implícito en lo anterior) también cabría incluir dentro de este ámbito temático al problema de las condiciones bajo las cuales dicha existencia es posible.
En otros términos, el problema ontológico de lo mental puede expresarse en las siguientes preguntas: ¿Existen realmente las mentes o lo mental?
Si la respuesta a la anterior pregunta resulta afirmativa: ¿Cuál es específicamente su naturaleza básica?, es decir: ¿Qué es realmente la mente y en qué consiste exactamente su naturaleza básica?
¿Dónde existe la mente?, ¿Bajo qué condiciones existe la mente existe?, ¿De qué depende su existencia?, ¿Desde el punto de vista de la evolución de las especies, cuándo y por qué apareció?, ¿Desde el punto de vista ontogenético, en qué momento se supone que aparece?
Debería resultar evidente que el problema ontológico de lo mental conduce inevitablemente a plantear el problema mente-cerebro, en la medida en que, especialmente, la pregunta sobre la esencia de lo mental involucra casi inevitablemente al problema de sus relaciones con el cerebro.
RELACIONES ENTRE EL PROBLEMA MENTE-CEREBRO Y EL MODO DE CARACTERIZAR LO MENTAL
Por lo ya expresado en las definiciones del problema mente-cerebro, también debería resultar evidente que el planteo mismo (o más específicamente, las respuestas a dicho planteo) del problema implica casi inevitablemente una toma de posición (v.g., una teoría) sobre la naturaleza de lo mental. En efecto, esta íntima filiación puede ejemplificarse de diversos modos a través de las diferentes teorías sobre las relaciones mente-cerebro, tal como se describe a continuación:
Dualismo cartesiano: la mente es básicamente una sustancia inmaterial que interactúa con el cuerpo al que está unida de un modo inabordable para el pensamiento filosófico.
Conductismo radical: la mente no existe, sólo existe la conducta de los organismos, por lo tanto no existe el problema mente-cerebro en la medida en que no puede existir efectivamente un problema de relaciones entre algo existente (el cerebro) y algo inexistente (la mente)
Fisicalismo: la mente y los procesos cerebrales (en apariencia) existen, pero, en última instancia, no son otra cosa que el cerebro y los procesos cerebrales.
Funcionalismo: la mente y los procesos cerebrales (en apariencia) existen, pero, en última instancia, no son otra cosa que los estados informacionales de un sistema; es decir: el modo en que sus componentes están organizados de manera tal que cada uno se constituye en “portador de información” para permitir al sistema llevar a cabo ciertas funciones (i.e., las denominadas “funciones mentales”: percibir, pensar, razonar, evaluar, decidir, resolver problemas, crear, actuar, etc.)
Autor: Lic. Federico González
El Lic. Federico González es Licenciado en Psicología, y Director de Intelligent Learning, que tiene como propósito básico ofrecer conocimientos de alta calidad y capacitación de alta performance en todos los niveles educativos y profesionales y empresariales del mundo de habla hispana. Intelligent Learning brinda estas soluciones educativas de manera sencilla, integral, unificada y con el respaldo de standards internacionales para la administración de sistemas de aprendizaje.”.
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