Meditación y trascendencia como respuesta a la crisis de valores
Cada día son más las personas que se dan cuenta que han abandonado su dimensión espiritual como personas sustituyéndola por valores materiales. En este mundo todo se puede comprar y todo se puede vender, todo tiene un precio y lo importante es tener, tener y después tener más aún. ¿Y qué pasa con nuestro bienestar interior? ¿A caso el bienestar interior no debería estar por encima del materialismo puro y duro? Y es que la verdadera crisis que asola nuestra sociedad es en realidad una crisis social y de valores, una crisis social que ha traído como consecuencia la sustitución de los valores humanos por valores materiales que en ningún caso podrán darnos la felicidad. Por ello es necesario revisar nuestra escala de valores y determinar cuáles son las cosas que nos llenan felicidad verdadera, esas que no se pueden comprar con dinero y que tienen al ser humano como centro de actuación.
Necesitamos encontrar vías que nos conduzcan hacia una nueva sociedad basada en el bienestar personal, y que nos ayuden a vivir en plenitud y en armonía con uno mismo y con lo que nos rodea. En este sentido, la práctica de la meditación puede ayudarnos a reencontrar estos valores. En este sentido, las civilizaciones orientales tienen mucho que ofrecer, ya que por todos es sabido que la meditación ha sido piedra angular de las creencias a partir de las cuales se han erigido estas culturas. Una de las prácticas orientales más extendidas ha sido la del “Tai chi” o “Tai chi chuan” procedente del imperio chino y practicado en la actualidad por millones de personas. Planteado originalmente como un arte marcial, en la actualidad se lo considera cada vez más como una práctica físico-espiritual muy beneficiosa para la salud, que constituye una técnica de meditación en movimiento y enriquecimiento personal.
Otra tendencia cada vez más extendida y cuenta cada vez con más seguidores es la práctica del “Tantra”. Procedente de la India, esta forma de meditación y conocimiento del mundo empezó a practicarse hace más de 2.000 años. Durante todo este tiempo han visto la luz multitud de linajes y escuelas. El arte tántrico enseña a utilizar el deseo como sendero hacia la realización personal. Una tendencia de esta práctica cada vez más extendida en occidente es el “Tantra Yoga”, considerado como un camino de crecimiento interior y espiritual que a diferencia de otros caminos, incluye el cuerpo y la sexualidad, utilizando la energía sexual y la energía del amor como motores de nuestro crecimiento y evolución humana. Es posible acudir a cursos de Tantra en Madrid, en donde se imparten enseñanzas sobre esta técnica milenaria.
Sea cual sea el camino que elijamos, es necesario detenerse un segundo y poner la mirada hacia aquello que nos realiza personalmente, aquello que nos proporciona la felicidad y la realización personal. Solo así podremos superar esta crisis que nos acosa día a día.






































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