Los efectos de la rabia desmesurada
No dejes que la ira domine tu vida; el no controlar tu temperamento te puede ocasionar graves problemas en tu entorno familiar y laboral, eso sin mencionar los riesgos que un ataque de rabia desbordada puede representar para tu salud. Es normal que nos molesten algunas cosas, pero de ahí a que perdamos la razón actuando como seres desposeídos es un asunto completamente diferente.
Efectivamente, la ira es un breve lapso de locura que da en determinados momentos; su duración puede variar dependiendo de cada persona; unos pocos segundos de rabia ciega son suficientes para causar verdaderos destrozos. Aunque los especialistas coinciden que en determinados momentos la ira puede resultar recomendable para entrar en acción debido a la adrenalina que se genera, no hay que olvidar que en aquellos momentos de tensión el corazón comienza a palpitar más rápido y el sistema respiratorio se acelera quedando expuestos a un ataque cardio respiratorio. Cuando empezamos a actuar violentamente nuestra mente se acelera y no logramos pensar con claridad; podemos cometer actos que jamás llegamos a imaginar que podíamos hacer (las cárceles están llenas de personas que lo atestiguan). Sumado a todo esto, la ira produce un desequilibrio en el sistema inmunológico, se generan dolores musculares y de cabeza, y más encima, se corre el riesgo de adquirir enfermedades como gastritis, colitis y dermatitis. No tenemos que ponernos verdes y aumentar de tamaño para decir que la furia nos transforma en monstruos.
Los arranques de rabia vienen predeterminados genéticamente; observamos como algunas personas actúan con relativa tranquilidad frente a situaciones difíciles mientras que otras pierden los estribos ante la menor provocación; sin embargo, esto no es excusa para sentarnos cruzados de brazos culpando a nuestros genes por aquel “difícil” carácter con el que fuimos dotados; el estrés y los pensamientos negativos son los principales activadores de ese comportamiento desordenado y he aquí algunas recomendaciones para controlarlo:
A veces huir no es una muestra de cobardía sino de todo lo contrario. Aléjate de esas situaciones que te perturban, tómate un tiempo y cuando estés más tranquilo regresa para encararlas. Aprende a controlar tu respiración; mientras practicas llena tu mente de pensamientos positivos. Si sientes que el mal genio te” patea”, aprovecha y sal a hacer ejercicios; si de algo ha de servir el enojo que sea para poner a trabajar tu cuerpo sanamente. Comprende que todos somos diferentes y que no todos podemos pensar como tú; si entiendes esto ya te habrás quitado de encima una razón para perder los estribos.El sitio web de Discovery Channel asegura que la irá y los crímenes están asociados con el aumento de la temperatura. Según la página, es en verano donde la gente está más predispuesta a cometer suicidio y actuar violentamente, y aunque no se sabe a ciencia cierta porque ocurre esto, los datos y las estadísticas parecen avalar esta afirmación. Una especialista consultada sostiene una interesante hipótesis; al parecer el calor se encarga de estimular aquella zona del cerebro conocida como hipotálamo, la cual se encarga de engañar al cuerpo presentando como amenazas situaciones que en otras condiciones no tendrían mayor importancia.

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