No os engañéis - Estudios Bíblicos
Lectura Bíblica: Gálatas 6:7-8
Introducción:
Estaba orando pidiéndole al Señor que me revelara el mensaje para el día de hoy, y recibí mi respuesta inmediatamente. La respuesta fue una muy simple, la respuesta fue "mira a tu alrededor." No entendí lo que el Espíritu Santo quería revelarme, así que seguí orando. Pero continúe recibiendo la misma respuesta; "mira a tu alrededor."
Entonces de buenas a primeras, todo quedo bien claro en mi mente, la respuesta estaba bien clara. Como ustedes se pueden imaginar, en mi profesión yo he visto las cosas más horribles y desagradables que una persona puede ver. Todos hemos visto los noticieros en la televisión, y hemos leído reportes acerca de cosas desagradables, pero por muy grafico o descriptivo que dichos artículos o noticias puedan ser, no se puede comparar con presenciarlos físicamente.
Algunos ejemplos de cosas que vemos en los noticieros seria la madre y el padre que mataron a su hija y luego las descuartizaron; los tiroteos y apuñalados, los actos de violencia que suceden a diario, etc. Etc. Pero nadie se puede imaginar lo horrible que en verdad son estas cosas o cosas similares hasta que la presencian. En realidad no existe manera de saber lo duro que es hasta que uno ve a los familiares llegar, y sufrir al ver que un ser querido está tirado en la calle sangrando y muerto.
Yo he presenciado estos tipos de incidentes con más frecuencia de los que quiero recordar, pero la primera pregunta que siempre me hago al verme en estas situaciones es ¿por qué? ¿Por qué tuvieron que morir? ¿Por qué se están matando los hombres con las drogas? ¿Por qué les ha pasado esto? Y lo más importante de todo es que siempre quisiera saber si la persona tenia a Cristo en su corazón. Las preguntas que inundan mi mente son muchas, pero las respuestas a todos son fácilmente encontradas en la biblia. Así que en la predicación cristiana de hoy estaremos buscando las respuestas a la preguntas. Hacemos esto porque solamente a través de estudios bíblicos y predicaciones cristianas es que podemos aprender por qué están sucediendo estas cosas, y como podemos solucionarlas.
Desarrollo:
Estos dos pequeños versículos encontrados en el libro de Gálatas responden todas las preguntas. El mundo está cosechando lo que ha sembrado. La sensibilidad de las personas está siendo destruida de muchas maneras. Las películas del cine glorifican asesinatos, sexo, violencia, adulterio, y muchas otras cosas más. Es más, ya no se puede ni tan siquiera ver un simple programa de televisor sin todas estas cosas estar presentes. Lo que está pasando es que todas estas cosas combinadas nos conducen a ser menos sensibles a estas cosas cuando pasan de verdad. Como nos dice el Señor claramente, Satanás ha sembrado el infierno y ahora el mundo lo está segando [1].
Lo que sucede en gran parte es que la mayoría de los cristianos se han quedado dormidos. Estamos contentos con saber de que somos salvos y nos encontramos haciendo muy poco para el crecimiento del reino de Dios, no estamos sembrando la semilla. ¿De qué les hablo? Pasemos ahora a Marcos 4:30-32 para ver de lo que les hablo.
La semilla de mostaza es la semilla más pequeña en el mundo. Jesús usa esta comparación para ilustrar que el Reino de Dios puede tener un principio bien chico, pero crecerá inmensamente. Algo tan simple como una palabra durante una conversación puede tener un impacto grande en la persona a quien le estamos hablando. Una palabra como "hermano o hermana" puede que lleve a la persona a preguntarle el por qué le llamo de esa forma. Y esta pregunta le abre la puerta a que usted pueda contestarle diciendo: somos hermanos en Cristo Jesús. Una simple despedida como "el Señor te bendiga" puede ser que lleve a la persona a decir que él no tiene perdón de Dios. Y nuevamente, esta pregunta le abre la puerta a que usted pueda contestarle diciendo: Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados. Él lo perdona todo.
Son cosas pequeñas como estas, cosas que consideramos insignificantes o chicas que Dios usa para glorificarse. Seguramente podemos seguir citando ejemplos de cosas que aparentan ser pequeñas, pero la realidad del caso es que no existe nada pequeño en el Reino de Dios. Y es nuestra responsabilidad de seguir sembrando su palabra.
Pensemos en la primera vez que alguien nos hablo acerca del Reino de Dios. Estoy casi seguro que no fueron palabras de condenación, que no les dijeron que irían al infierno. Estoy casi seguro fue algo tan simple como "Jesús te ama" o algo semejante. Pero lo que sí puedo decir con certeza es que fue como una semilla de mostaza, pero mirémonos ahora. La semilla hecho raíz, la palabra de Dios ha crecido en nuestro corazón, y no hay alguien ni nada que nos la pueda quitar. Pero de nuevo les digo nuestra responsabilidad es de sembrar. ¿Cómo tenemos que sembrar?
El apóstol Pablo nos provee la respuesta a nuestra pregunta claramente 2 Corintios 9:6. Como podemos ver, el apóstol nos dice que tenemos que sembrar con abundancia. No importa lo que pensemos de nosotros mismos, no importa que no podamos recitar las escrituras elocuentemente, lo que importa es que estemos sembrando. Lo que importa es que estemos cumpliendo con el propósito que Dios nos ha dado aquí en la tierra. Lo que importa es que estemos obrando para el crecimiento del Reino de Dios. Lo que importa es que promocionemos el evangelio a través de predicaciones cristianas y estudios bíblicos.
Como Cristianos debemos saber que segaremos lo que sembramos (Vs. 7). Tenemos que saber que nuestro testimonio y de la manera que nos comportamos son una parte integral del sembrar. Si sembramos odio, celos, rebelión y desobediencia, entonces eso mismo recibiremos. Pero cuando sembramos amor, paciencia, bendiciones y obediencia, entonces eso mismo recibiremos abundantemente. Dios nos da la oportunidad de sembrar, es hora de que empecemos.
La razón por la que el mundo está como esta es porque existe un pequeño número de sembradores. La violencia y las drogas corren sin ser detenidas y sin control en nuestra sociedad, porque la palabra de Dios no está siendo sembrada con frecuencia. No podemos cansarnos de hacer la obra de Dios (Vs. 9). Dios nos da la oportunidad y las fuerzas para llevarlo a cabo. Puede ser que pensemos que lo que tenemos que ofrecer es poco o nada, pero entonces ¿qué paso con el grano de mostaza? No existe razón para no sembrar. La temporada de la siembra esta aquí, y la temporada de la siega pronto llegara [2].
Para concluir. Estamos viviendo en tiempos difíciles y violentos. Estamos viviendo en un mundo donde las personas se matan por un estacionamiento de automóvil. Estamos viviendo en un mundo que desesperadamente necesita saber que hay una solución. Que existe una esperanza, que existe una paz.
Las personas en el mundo están buscando respuestas a sus inquietudes, dificultades, y problemas, pero están recibiendo las respuestas incorrectas. La palabra de Dios no se está sembrando. Hagamos hoy un compromiso con el Señor, no seamos como el varón en Mateo 25:14-30, quien habiendo recibido un talento lo escondió y no hizo nada con él.
Nosotros no sabemos la fecha ni la hora del regreso de nuestro Señor, pero tenemos que estar preparados. Tenemos que estar preparados a contestar cuando se nos pregunte ¿qué hiciste con el talento? Tenemos que sembrar la palabra de Dios para el crecimiento de Su reino aquí en la tierra.
© 1999, José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
[1] Mateo 13:25
[2] Apocalipsis 14:15-16
Aviso Legal:
El contenido de esta predicación cristiana está protegido por las leyes de Derechos de Autor (Copyright). Usted puede usar la predicación para predicar, y o enseñar en su iglesia o congregación. Copiar y reproducir el contenido de esta predicación sea imprimido o de forma electrónica (publicación en otros sitios en el Internet) es prohibido. Copiar y reproducir esta predicación equivale a plagio, y el plagio es robo. No permita que Satanás le mienta y le convierta en ladrón.
“…¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios…” 1 Corintios 6:9-10






































Registro automático